Sería bueno reconocer que vivimos tres vidas, generalmente en paralelo, una hacia Dios, estés consciente o no; otra interactuando con los demás y una contigo mismo. Proyectarás aquella donde te sientes mejor. Algunos viven su vida con Dios en el futuro, mientras recorren el hoy con sus almas atadas a un gran pasado. Otros huyen de ellos mismos y de su terrible ayer, hacia el mañana, incapaces de aceptar las oportunidades del presente, donde tenemos todo el poder de acción y total influencia para realizarnos. Y ni hablar de quienes no aman, no creen, ni viven, sobreviven.
Cuando los trayectos de tu existencia se alineen a la cruz, se besarán tus sueños con tus oraciones y se injertarán tus experiencias a tus bendiciones, entonces serás feliz.