La ética de la tríada individuo- sociedad- especie

(V de VIII)La ética del género humano constituye uno de los siete problemas fundamentales que deberá abarcar cualquier educación.Parte de una concepción compleja de nuestro género. Lo considera constituido…

(V de VIII)

La ética del género humano constituye uno de los siete problemas fundamentales que deberá abarcar cualquier educación.

Parte de una concepción compleja de nuestro género. Lo considera constituido por la tríada individuo- sociedad-especie. Debido a que estos tres elementos son inseparables y se coproducen entre sí, considera que no es posible comprenderlos de forma disociada.

Para ella los individuos son, tanto producto como productores de la sociedad. Lo mismo puede decirse de la relación de los individuos y de la especie. Considera que los individuos llevamos en nosotros mismos, tanto a la sociedad como a la especie, pero que ambas existen únicamente a través de los individuos que las expresan y que son quienes desarrollan los procesos que las producen y reproducen. Desde esta concepción, cada uno de estos tres elementos es, tanto medio, como fin de los otros dos, por lo que la tríada constituye su propio fin. La cultura emerge de las interacciones de la tríada y las reeliga, la conciencia también. En esta propuesta, la sociedad vive para el individuo, el que, a su vez, vive para la sociedad. Asimismo, tanto la sociedad como el individuo existen desde la especie, la que nutre ambos elementos.

La concepción de la complejidad humana supone que somos entonces, simultánea e indisolublemente, individuos, sociedad y especie. Por ello “todo desarrollo verdaderamente humano significa desarrollo conjunto de las autonomías individuales, de las participaciones comunitarias y del sentido de pertenencia con la especie humana” (Morin, 2013: 53).

Esta es la noción que fundamenta la ética del género humano. Una ética propiamente humana, o antropoética, una ética a la escala humana, una ética del bucle individuo  sociedad-especie. La ética así concebida nos llama a lograr la humanidad en nosotros, en nuestra conciencia; a asumir el destino humano como el nuestro, y, el de nuestra especie, como propio, ya que somos, a la vez, individuos, sociedad y especie.

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