Lo que publicó ayer elCaribe sobre la eliminación de cargos en Cancillería a ojos vista se quedó corto y me motivó a escudriñar, ya que no divulgaba nombres de los despedidos, y mi hallazgo fue de lo más interesante. Veamos: Solamente del 16 de agosto hasta la fecha, han sido suprimidos allí por decretos 25 cargos y, de hecho, cancelados quienes los ocupaban, identificados como Jorge Antonio Frías (consejero), Roberto Rafael Brito Jerez (embajador adscrito). Estalin Javier Pepén Vicioso (consejero), Ramón Octavio Rodríguez Peña (ministro consejero), Rafael Vásquez (ministro consejero, encargado de la sección consular en la Federación Rusa), Fernando Padovanni (ministro consejero), Helga Waleska Puesán Mejía (consejera), Miguelina Pérez (embajadora adscrita), Luis E. Rodríguez de los Santos (consejero), Leila El Bouazzaoui (consejera), Axel Whittkop (embajador adscrito), Leticia J. Santos (ministro consejera), Gustavo Adolfo Martínez Bogaert (ministro consejero en los Países Bajos), Alberto J. B. Morel (consejero en Canadá), Américo Bogaert Marra (ministro consejero, subencargado de inspecciones de embajadas y consulados), Claudio Manuel Marra (vicecónsul en Jamaica), Pamela Marra Marra (vicecónsul en New Orleans), José Antonio Ramírez (secretario de primera clase), Giancarlo Padovanni (ministro consejero), Mario Francisco Espinosa Mireles (embajador adscrito), Jenny Benítez Suero (segunda secretaria), José Nicolás Diéguez Stefan (ministro consejero en la misión ante la Organización Mundial de Comercio –OMC-), Josefina Altagracia Tejada (consejera en Managua), Roberto Vargas Cordero (primer secretario en Haití) y Alexander Pérez (secretario de primera clase, encargado de Informática en Washington). Según las malas lenguas, dizque vienen más cancelaciones. Hasta el momento, desde la designación del nuevo Canciller no se han producido otros despidos, y hay quienes los esperan por segundos. ¡Aaayyy…!

La cara del Ministerio de Relaciones Exteriores menos sonora es la del trabajo profesional que la institución realiza, en defensa del interés nacional. Aunque el servicio exterior por un lado aun arrastra, como todas las entidades de la administración estatal, la realidad del sistema político clientelar que norma nuestra vida pública, en los últimos ocho años se ha modernizado y profesionalizado notablemente. Se hace un esfuerzo serio por la calidad, calificación y vocación de servicio de los representantes dominicanos en el extranjero. El avance criollo en organismos internacionales lo confirma. En la Cancillería laboran profesionales y técnicos sin militancia peledeísta o reformista que son respetados. Esas y otras aristas merecen resaltarse justamente.