El Gobierno dominicano se ha involucrado con el Grupo Banco Mundial en un interesante acuerdo, de alcance social y económico, que procura humanizar la expansión de la economía.Se trata de una estrategia para apoyar los esfuerzos de la República Dominicana dirigidos a ampliar las oportunidades económicas y sociales de todos los dominicanos, promoviendo un crecimiento económico incluyente.
Una de las mayores quejas que se hacen a las cifras de crecimiento que reporta el Banco Central, es que el aumento de la economía no permea a los sectores de menores ingresos. La explicación “técnica” a esa aparente contradicción entre el crecimiento global y la situación particular de las familias, es que se trata de una expansión excluyente. El crecimiento sin redistribución no crea desarrollo.
Pero la puntualización pudiera ser una consolación, no la solución al problema de la percepción de la gente de que no siente el crecimiento.
Por los argumentos que enarbolan, el Gobierno y el Banco Mundial parecen convencidos de que el fuerte crecimiento económico de la última década ha tenido poco impacto en reducir la pobreza.
Las cifras son más elocuentes que las palabras para definir la situación. Aunque la República Dominicana creció a un promedio del 6.7% anual en la última década, convirtiendo al país en uno de los de mejor desempeño en la región de Latinoamérica y el Caribe, la pobreza y el desempleo se han mantenido altos.
Un 46% de los dominicanos en zonas rurales viven en la pobreza y alrededor del 30% de los jóvenes están desempleados.
Por esa reflexión compartida, el Gobierno dominicano discutió una nueva estrategia con el Banco Mundial que incluye un paquete de financiamiento por US$550 millones y asesoramiento para los próximos cuatro años, del 2015 al 2018.
Los puntos básicos de esa estrategia giran hacia la búsqueda de mayor acceso a servicios públicos, incluyendo educación, salud, agua, electricidad y protección social mediante un aumento del número de profesores reclutados con un sistema de selección competitivo.
Enhorabuena. Es tiempo de mejorar la distribución del pastel económico.
