Las Dunas, arenal que embellece a Peravia

De este a oeste y de norte a sur la República Dominicana tiene una infinidad de paisajes impactantes, en los cuales se destacan una fauna y flora únicas.

De este a oeste y de norte a sur la República Dominicana tiene una infinidad de paisajes impactantes, en los cuales se destacan una fauna y flora únicas.Quienes nos visitan aseguran que nuestras playas son las más bellas, pero Quisqueya es más que sol, arena y mar. Aquí también se puede disfrutar de lugares mucho más exóticos, como por ejemplo, las Dunas de Baní, como comúnmente se les llama, las que se encuentran ubicadas entre los poblados de Matanzas, Las Calderas y las Salinas de la provincia Peravia.

Las Dunas fueron declaradas como un área protegida en 1996 mediante el decreto 233 con el propósito de proteger este ecosistema, considerado el más grandes de las Antillas.

Hablar de las Dunas es hablar de un lugar que muestra los encantos de la naturaleza desértica en pleno Caribe, obra del oleaje del mar Caribe y el correr de la brisa y los vientos que arrastran las arenas, para así formar montículos de arena que llegan a alcanzar los 12 metros de altura, un fenómeno poco visto en el mundo, según cuenta la guía turista y guardabosque del lugar, Karina Soto.

El paisaje de las Dunas es indescriptible e impresionante tanto por las montañas de arena como por la rica flora y fauna que allí se encuentran. En cuanto a la fauna, según cuenta Karina, se pueden citar especies endémicas como el aceituno,  uva de playa, cajuil, palma cana, sábila y otras plantas que forman parte de las características de la naturaleza árida como es el caso de los cactus.

También existen  mangles de diferentes tipos.En cuanto de la fauna en las Dunas de Baní se observan la gaviota negra, ruiseñor, cigua, cuatro ojos, zumbador, mariposas monarcas,  barrancolí, cotorras y el  pelicano. También, con suerte, se pueden observar aves acuáticas como flamencos, gaviotas, así como reptiles, iguanas, lagartos, ranas e insectos.

Pero no basta con leer la historia sobre este paisaje y maravillarse observando las fotografías del lugar. Para descubrirlo hay que visitar este destino, considerado un desierto por muchos, pues se pueden caminar varios kilómetros sin encontrar vegetación alguna. Para poder hablar de las Dunas hay que caminar sobre su candente arena brillante de color gris negruzco, gracias al contenido de metales como el hierro, cuarzo y magnesio entre otros, además de sentir el sol abrazador que quema sin clemencia.

Y es que recorrer las Dunas  será una experiencia única, lo que será más interesante cuando llegues a lo más alto y descubras la inmensidad del mar, lo  que te ofrecerá una espectacular vista, que en un día soleado,  entrega toda la intensidad de  los diferentes tonos de azul.

Lo que debes de saber

Para acceder a  este  monumento natural,  según  dijo Karina, existen ciertas restricciones dispuestas por las autoridades del lugar con el fin de proteger el arenal. Por ejemplo no se puede entrar con armas de fuego,  comida, bebidas alcohólicas o cigarrillos. Tampoco es permitido entrar four will ni tirar basura. Para tener mayor comodidad durante el recorrido es recomendable llevar tenis cómodos, T-Shirt mangas largas para protegerse del sol, bloqueador solar y repelente, pues abundan los mosquitos y los jejenes, estos últimos pican y provocan ronchas y alergia.  Hay que llevar agua, gorra y, por supuesto, una cámara fotográfica para poder captar los hermosos paisajes
Horario: De lunes a sábados de 8:00 de la mañana a 6:00 de la tarde. Los guías recomiendan visitar las Dunas antes de las 10:00 de la mañana y después de las 4:00 de la tarde.

Tarifa. Cien pesos  para dominicanos y extranjeros. Este aporte se paga en la caseta de entrada, a la que se accede por la carretera Máximo Gómez.

Para poder ofrecer un mejor servicio

Karina Soto considera que, para poder bindar un mejor servicio a los turistas que visitan las Dunas  es necesario disponer de brochures que contenga información sobre el lugar, así como de más personal, pues sólo cuentan con cuatro personas que actualmente fungen como guías turísticos y como guardaparques.

También, dice, son necesarias áreas donde el visitante pueda sentarse a descansar, pues el recorrido es bastante agotador, debido al candente sol y lo empinado de las montañas de arena.

Dato
Recorrer el “pequeño desierto” pasará de ser una aventura “bonita” a una  experiencia inolvidable para quienes  decidan conocer las Dunas desde arriba.

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