Marianne de Tolentino: “Mi vida ha sido un éxito y una gran suerte”

Llegar al país del brazo del amor de su vida, no le permitió a Marianne sentirse extraña en un lugar del que solo sabía lo que su novio le había contado. A pesar de que la vida en Francia, de donde venía y en donde había vivido casi toda su…

Llegar al país del brazo del amor de su vida, no le permitió a Marianne sentirse extraña en un lugar del que solo sabía lo que su novio le había contado. A pesar de que la vida en Francia, de donde venía y en donde había vivido casi toda su vida, era diametralmente opuesta a la cotidianidad de los días, al bullicio de las calles y la risa de la gente de Quisqueya.

El calor de los dominicanos, su alegría y hacer de todo una fiesta, definitivamente llamó su atención, por lo que  no hacer comparaciones le resultaba imposible, pero su carácter y filosofía de vida le indicaban que sólo sería feliz si lograba adaptarse al lugar en que había fijado residencia, sin permitir que las añoranzas por la gente y los lugares que había dejado atrás, la envolvieran. Sabía que pisar con firmeza el territorio en el que decidió echar raíces, era lo que a la larga le permitiría convertirse en la mujer, madre y profesional exitosa en que finalmente se convirtió.

1. Francesa
Soy de familia francesa, pero nací en Barcelona. Me fui de Barcelona muy joven porque mi padre tenía un contrato de arquitecto; no era, ni siquiera, una residencia temporal, sino que viajábamos. Estuve en Francia hasta que vine a la República Dominicana, antes viajé a Inglaterra, pero siempre estuve en Francia. Luego, realicé mis estudios primarios y secundarios allá. Luego, mis padres se separaron.

2. El arte: Un factor genético
Mi madre era artista, pintora, era una de las más conocidas ilustradoras de libros para niños, en Francia. Descubrí, ahora en Internet, cosa que no sabía, que 20 años después de su muerte, existe una asociación en su memoria. Sé que si me pongo a averiguar, encontraré más cosas, mejor dejo eso así. Un día, cuando no tenga tanto trabajo, me pondré a investigar. Creo que es importante decirle esto, porque hay un factor genético en mi familia, una inclinación por el arte. Mi abuelo era pintor, decorador de teatro; mi madre, pintora; mi padre arquitecto. Yo hubiera podido dedicarme al arte, pero no quise por razones personales y volví al arte, a través de la crítica. Luego, mi hija Patricia se recibió de arquitectura, y mi otra hija, Inés Tolentino, es una pintora conocida. Y a nivel de los nietos y nietas, hay una nieta que está estudiando Arquitectura. Es interesante este factor genético.

3. Un gran cambio
Venir de Francia a República Dominicana no fue difícil, porque estaba enamorada. Entonces yo era muy joven, además, otra obsesión mía y de mi familia era que uno se graduara de bachiller muy temprano, es decir, que yo era una persona, en cierto sentido, precoz intelectualmente. Vine muy joven y muy enamorada de mi esposo, Mario Tolentino Dipp, quien había ido a Francia a hacer un postgrado, cuando yo estaba iniciando mis estudios universitarios. Entonces, estuvimos dos años separados, porque yo tuve que terminar una parte de mis estudios y él tuvo que volver a República Dominicana, pero durante dos años le escribí todos los días, a veces dos veces al día. Eso es algo increíble, escribir todos los días. A veces llamaba por teléfono, no era como es ahora. Ahora es fabuloso con el e-mail, pero creo que esa fue una gran prueba de amor de ambas partes. El correo era la única vía de correspondencia, había el télex, pero… Mi mamá no estaba muy de acuerdo con ese proyecto de matrimonio, porque nadie conocía este país en ese tiempo.

4. En República Dominicana
Me adapté a vivir aquí, pero algunas cosas me chocaron en el orden social. Por ejemplo, llegábamos a una reunión y los hombres se situaban en un lado y las mujeres en otro, y yo quería estar con mi esposo. Me chocaba ver que en el contexto familiar existía, y existe, una tendencia a separar los sexos. Eran cosas así, que me hacían sufrir y que no entendía. Por otro lado, nunca encontré discriminación por ser mujer en la profesión del periodismo con don Rafael Herrera, que era mi jefe, porque yo dirigí los suplementos del Listín, Ventana y Artes y Letras, a tal punto de que poetas como Mateo Morrison o Tony Raful dicen que yo soy la madrina de la joven poesía, que ya no es tan joven. Nunca he sentido la menor discriminación, ni siquiera política, porque tengo mis simpatías. Es cierto que hay violencia y abusos contra las mujeres, pero por otra parte, he tenido mucha suerte. Ahora la discriminación por mi origen sí la he sentido, pero generalmente, fue más por envidia. Con el tiempo yo he probado tanto que soy una persona al servicio de este país, de los artistas y de la cultura dominicana, por eso la gente me respeta. Aunque cuando comencé no fue fácil, pero siempre salí adelante. Uno tiene que tratar de superar las dificultades y cuando uno tiene la suerte de alcanzar el éxito en su profesión debe ser agradecido.

5. El amor de Mario
Parece estúpido decir esto, hoy día, pero él fue el único amor de mi vida. Lo conocí siendo yo muy joven, él era psiquiatra y neurosiquiatra. Mario me ayudó y aconsejó mucho. Yo digo que cuando lo más terrible sucede hay que seguir adelante. Yo seguí con mi trabajo aquí, como crítica de arte, con todo. En la crítica de arte llevo más de 40 años, tengo éxito. He escrito varias monografías, he sido vicepresidenta de la Sección Internacional de Crítica de Arte y siempre mi esposo me apoyó en todo. Puedo decir que lo que he logrado en la vida, se lo debo al apoyo determinante de mi esposo, porque sin ese amor y sin su apoyo, yo hubiese vuelto a Francia. Con su apoyo pude crecer. Él me dijo textualmente, cuando nos casamos: “Yo quiero que después de unos años, tú seas tú misma y te conozcan a ti por lo que estás dando y haciendo, no porque seas mi mujer”. Es importante esto, porque, sin embargo, conservé siempre su nombre. No soy muy religiosa, así que no puedo decir a Dios… pero le agradezco al país, a la sociedad dominicana, a toda la gente que he encontrado en el camino y, por supuesto, a mi esposo… (De repente comienza a llorar y entre sollozos, pide disculpas. Ahora su expresión es triste, mira fijamente al suelo, levanta la cabeza y continúa diciendo…) me duele mucho, yo lo perdí hace apenas dos años… excusa… Es muy duro, pero aún ese momento tan duro, no me ha impedido seguir adelante. Él tenía su consultorio en la Clínica Abreu, era jefe de servicios en el hospital Gautier. Su trabajo, era su pasión. Él se mantenía al día en su profesión de una manera increíble. Estaba al tanto de todo. Era un médico muy valorado, solicitado y apasionado con su trabajo.

6. La crítica
A veces he tenido problemas en mi trabajo. En la crítica literaria ha sido más difícil. Pese a mi formación yo me aparté, porque los escritores son más feroces, ellos a veces atacan a uno, muy injustamente. No hablaré de personas en específico, pero he tenido episodios muy duros. En las artes visuales es menos. Creo que el crítico es una especie de traductor de la obra del artista. Mi misión no es censurar lo que el artista hace, ni decir que está bien o está mal, si a mí no me interesa la obra de una persona, no escribo y punto. Ahora, cuando es una obra interesante, lo que hago es analizar esa obra, tratar de que el lector se interese por ella, tenga ganas de ir a verla, y si no puede ir a verla, de todas maneras le permito acceder a ella a través de mis palabras. Creo que el crítico de arte debe ser muy claro en lo que expresa, para que todo el mundo pueda entenderlo. Tiene que usar un idioma pulido, rico, pero que lo entiendan. Yo escribo para los demás, no debo escribir para mí. Si escribiera para mí no escribiría en periódico. Para mí la formación periodística que me dio Rafael Herrera es capital, hasta el punto de que cuando escribo alguna monografía, la escribo por capítulos de tres cuartillas. Pienso que la crítica por texto, por televisión o radio, que vamos a trabajar en eso ahora, tiene que ser para que la gente aprenda, pero no en el sentido de que yo me sienta superior y que los otros son mis alumnos. Así no.

7. Apoyos importantes
Aparte de mi esposo, que siempre me apoyó, dos personas influyeron mucho en mi vida; Rafael Herrera, que fue mi jefe en el Listín Diario, y Juan Bosch. A Juan Bosch lo quería muchísimo, lo iba a ver con mucha regularidad. Él era un profesor. Fueron dos personalidades claves en mi integración a este país y en mi enamoramiento de la República Dominicana. He conocido muchas personas importantes en mi vida, pero ellos fueron dos pilares. Don Juan y doña Carmen me visitaban. Para mí, don Juan es la personalidad más grande de este país y Rafael Herrera la personalidad más grande del periodismo.

8. Un éxito
Mi vida ha sido un éxito y una gran suerte. Tuve la dicha de tener a mi lado a un hombre y esposo ejemplar. Tuve la suerte de haber llegado a un país extremadamente abierto y generoso y de haber encontrado una vocación profesional maravillosa. He tenido etapas bien articulas en educación, cultura y arte y cada una de ellas ha sido muy interesante.

9. Proyectos
Estoy muy contenta con lo que estoy haciendo. Me gustaría escribir más libros, eso también es una tradición familiar, he escrito tres libros para niños, uno de ellos lo ilustró Cándido Bidó, que fue un gran amigo. He tenido grandes amigos en el arte. La literatura para niños es algo que me preocupa mucho, me estoy interesando en escribir más libros para niños. Eso viene de la formación familiar. Lo curioso es que en la vida puede ser difícil cuando se es niño o adolescente y te obligan a leer, pero después uno lo agradece y se ven los frutos.

10. Galería Nacional de Bellas Artes
He trabajado mucho en el Estado, siempre me ha gustado trabajar en el Estado; hay muchas dificultades, pero muchas satisfacciones también. Cuando llegué a la galería estaba todavía ocupándome del Centro Cultural Cariforo del Caribe. Justamente saliendo de esta posición conocí a Bernarda Jorge, que todavía no era viceministro. Cuando la conocí, la encontré una mujer extraordinaria, abierta, entusiasta y me pidió que le hiciera un plan para la Galería Nacional de Bellas Artes, y no recuerdo cómo fue, pero me designaron directora, no fue por razones políticas. Así llegué aquí, no fue en absoluto por razones políticas. No es verdad que designan enemigos, designan personas amigas, leales y confiables. No se le pide una militancia política, pongo como ejemplo al pequeño personal que tengo, que ha ascendido por sus propios méritos y por sus currículos.

Feliz aquí, sin olvidar a Francia

La comunicación actual y la frecuencia con que visito mi país, no me permiten extrañarlo. Creo que la clave es que cuando uno es un inmigrante tiene que encontrar la felicidad en ese país al que ha llegado a vivir. No estoy de acuerdo con la gente que llega a otro país y que quiere colocar su costumbre y su cultura por encima de la cultura y la costumbre del país a donde llegan a vivir toda su vida. Lo que tiene que hacer es aprovechar ese país y las oportunidades que le da. Usted no puede dar un paso y luego lamentarse por el país que ha dejado atrás, esto no quiere decir que olvide la parte positiva, que es la educación y los valores con que se ha formado en su país de origen. Y más en el caso de Francia que es un país maravilloso. Pero no entiendo que algunas personas muestren resistencia, creo que la integración es esencial para ser feliz. Si usted no se integra vivirá sumido en la depresión, lamentando haberse ido. Es bueno, cuando usted tiene la suerte de haber encontrado a un compañero maravilloso, porque hay muchas personas que desean tener esa integración y no pueden, porque no han encontrado esa persona que les acompañe toda la vida. He tenido condecoraciones muy importantes, tres en Francia, incluida la de la Legión de Honor, la de Artes y Letras, una de España, una de Venezuela, la Orden de Comendador de Duarte, Sánchez y Mella, obtuve el Premio Latinoamericano de la Crítica y varias veces el Premio Nacional de Crítica, en la sección de Crítico de Arte y el Caonabo de Oro, eso me satisface pero no es algo que busco.

Premios
Creo que el mayor honor es ser feliz sirviendo a los demás. Si por su dedicación uno recibe honores es bueno, pero no debe ser lo primordial ”

Modernismo
Gracias al Internet, todo está cerca, por eso no comprendo a la gente que rechaza la tecnología. Eso es absurdo”

La madre
He sido una madre afectuosa, aunque tal vez no tan dedicada como otras, por ser una madre profesional que está trabajando el día entero”

Orgullosa
Mis hijas son Patricia e Inés. Patricia no ha tenido hijos, vive en Israel. Inés está casada, es arquitecta, tiene un Doctorado en Arte y vive en París”.

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