Hay que avanzar

Nos encaminamos al segundo aniversario de la sentencia 168-13, y desde entonces el tema haitiano ha estado en la agenda nacional como el primer día, como si fuese la principal cuestión de la República. Se dirá que las implicaciones internacionales&#82

¡Hay que avanzar!

El pasado viernes el presidente Danilo Medina emitió el decreto 379-14, en medio del escándalo del Robert Reid. Al mismo tiempo, sustituyó la dirección del hospital y designó una nueva incumbente en el Ministerio de Salud Pública.

Nos encaminamos al segundo aniversario de la sentencia 168-13, y desde entonces el tema haitiano ha estado en la agenda nacional como el primer día, como si fuese la principal cuestión de la República. Se dirá que las implicaciones internacionales obligan, lo mismo que las amenazas que muchos vinculan al destino de la República, pero tememos que se gasta más energía de la necesaria.

No es que la República se desentienda, pero la táctica reactiva debe ser revisada. Aunque empezamos a ser proactivos, todo no debe girar en torno al diferendo con Haití.

En alguna medida, el presidente Danilo Medina puso la tónica el pasado 19 de junio: El programa de Regularización de Extranjeros ya está cerrado. “Yo hablé de ese tema en febrero y lo cerré”.

Ya el Ministerio de Interior y Policía está entregando los primeros documentos para los inmigrantes que estaban en situación irregular y que llenaron los requisitos. Los demás aspectos vinculantes a la materia deben tomar el curso, según nuestra legislación.

El país debe prestar atención a una necesaria mejoría de los servicios hospitalarios y la reformulación del esquema con que han venido funcionando. Sería interesante saber cómo marchan los Centros de Atención Primaria.

El Gobierno inaugura todas las semanas nuevos locales escolares, pero sería oportuno saber qué están haciendo las autoridades educativas para mejorar la calidad de la enseñanza y cómo se proyecta el programa de la Tanda Extendida para el próximo período académico.

Sería oportuno volver la mirada al proceso que ha de culminar con la firma del Pacto Eléctrico, prevista para agosto. Por cierto, los generadores de nuevo reclaman que la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) les pague por la energía servida.

La seguridad ciudadana es también una cuestión inquietante. Nunca despertamos sin sobresaltos. Todos somos potenciales víctimas.

La transparencia, pese a los aspavientos, sigue siendo una aspiración.

Frente a la conspiración internacional, hay que dejar que el sol de verano endurezca y queme la piel. La sordera ocasional puede ayudar a alcanzar las metas nacionales.

Una hipersensibilidad nos haría débiles frente a tantas amenazas. Hay que avanzar y no amilanarnos por los ruidos.

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El pasado viernes el presidente Danilo Medina emitió el decreto 379-14, en medio del escándalo del Robert Reid. Al mismo tiempo, sustituyó la dirección del hospital y designó una nueva incumbente en el Ministerio de Salud Pública.

Los nombramientos y la irritación por el deterioro de los servicios de salud imposibilitaron que se midiera con la debida propiedad el significado del decreto, que el pasado sábado este diario valoraba como la expresión, junto con las designaciones, de una voluntad de tratar de mejorar la atención a las personas en los centros hospitalarios públicos y especialmente como un paso hacia adelante para la reforma total del sector salud, con un rezago de trece años.

Desde ese punto de vista, la nueva ministra, la doctora Altagracia Guzmán Marcelino, tiene una grave responsabilidad, no sólo de liderar el sector como gestora de las políticas públicas de prevención y atención en salud colectiva, sino especialmente en propiciar el cumplimiento del decreto, que hace tiempo debió ser emitido.

Y es que la reforma del sector salud tiene que pasar por la desconcentración administrativa, funcional y territorial del Ministerio, más que del propio Viceministerio de Atención a las Personas y de los Servicios Regionales de Salud, como prevé el decreto, con el propósito de iniciar la separación efectiva de las funciones de provisión de servicios de salud, de las de rectoría y de salud colectiva en el Ministerio. Es la manera de cumplir con la Ley General de Salud y con la 87-01 que crea el Sistema Dominicano de la Seguridad Social.

Esa es una tarea que debe efectuarse, como manda el decreto, en 60 días, sin burocracia, con un sentido práctico. La misión no es pequeña, y va desde el plano material, físico, hasta al paquete de decisiones administrativas y ejecutivas, para posibilitar la desconcentración.

Es una acción que debieron tomar hace tiempo. No lo hicieron. Le ha tocado al presidente Danilo Medina. ¡Qué bueno!, pero requiere funcionarios eficientes que lleven a feliz término una reforma que no llegó a final y por eso la crisis hospitalaria que estalló por el Robert Reid.

Ahora hay que avanzar.

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