Fármacos genéricos tienen calidad

En el mercado farmacéutico  lo barato no siempre sale caro. Aunque existe una diferencia de precio abismal entre los medicamentos genéricos y los de marca, la calidad entre ambos no es tan distante, de acuerdo con algunos especialistas ligados…

En el mercado farmacéutico  lo barato no siempre sale caro. Aunque existe una diferencia de precio abismal entre los medicamentos genéricos y los de marca, la calidad entre ambos no es tan distante, de acuerdo con algunos especialistas ligados a la salud.

La desconfianza que tiene la población en el uso de los medicamentos genéricos, según el coordinador de la Comisión Ejecutiva para la Reforma del Sector Salud (CERSS), Humberto Salazar, se ha originado gracias a una “política agresiva de mercadeo” a cargo de las medicinas patentadas, es decir, con derecho de exclusividad de comercialización por la inversión que ha hecho en investigar ese producto.

“Estas campañas, por parte de las casas, buscan elevar la imagen de su producto y transmitir a la población (tanto entre médicos como pacientes) una desconfianza en el medicamento que tiene el mismo efecto pero el precio es menor”, apunta Salazar.

En teoría el genérico es un medicamento “con las mismas características cinéticas, dinámicas y técnicas que el medicamento original cuya patente ha caducado y que es utilizado como referencia legal técnica”, explica un documento emitido por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad español, titulado “Medicamentos genéricos: una visión global”.

En República Dominicana no existen laboratorios que fabriquen fármacos con patentes. “Para fabricar medicamentos en el país, tiene que existir necesariamente un departamentos de investigación en las universidades. La investigación de los fármacos no parte exactamente del área médica, sino académica y en el país nosotros no tenemos ni la tecnología para ello”, explica Salazar.

De acuerdo con este profesional de la salud, solo el 10 por ciento de los fármacos que se consumen en el país son patentados y los de marca  producidos aquí son “genéricos disfrazados”, dice.

Razones para aumentar precios

El acetaminofén en una farmacia del ensanche La Fe, en el Distrito Nacional, se despacha a RD$3 y uno de marca llega a los RD$6, ambos de 500 miligramos. Una pastilla de omeprazol de marca cuesta entre RD$25 y RD$45, y el genérico RD$5 y RD$15, dependiendo de los miligramos que contenga.

 ¿Por qué un producto de marca comercial sin patente tiene tanta diferencia? “Puede ser empaque, que una cápsula use una cubierta más estética. Puede ser también la inversión que hagas en la publicidad de este producto. Todo esto es lo que puede elevar el costo en un fármaco de marca, pero al fin y al cabo es el mismo medicamento”, explica Jacqueline Nerys, gerente de producción de Laboratorio Químico Dominicano (Laboquidom).

“Un medicamento es genérico cuando no usas marcas. Si tienes un principio activo como la amoxicilina y le pones el nombre X ya eso hace que sea un producto ético (de marca)”, explican desde el laboratorio clínico INFACA. La calidad, de acuerdo con este último laboratorio, sigue siendo la misma.

Además de la recubierta y el empaque, la combinación de principios activos también le puede agregar valor al medicamento comercializado. Por ejemplo, si un paciente necesita varios componentes para paliar su mal, en el mercado puede existir una medicina con estas sustancias. Sin embargo, si usa genérico y quiere el mismo efecto tendría que beber varias pastillas.

Al finalizar la patente, que dura entre 10 y 20 años, los laboratorios farmacéuticos pueden fabricar un medicamento genérico y de marca, con este mismo principio activo. “Ese laboratorio le pone precio con su nombre comercial.
Ahora, crea también una línea de genéricos que probablemente está destinada al mercado institucional y pondrá un precio diferencial, más bajito”, manifiesta Miguel Ureña, subdirector de Programa de Medicamentos Esenciales/ Central de Apoyo Logístico (Promese Cal), la institución del estado responsable en distribuir los medicamentos en las boticas populares y hospitales.

“Así está protegiendo su marca comercial usando un precio distintivo y también está vendiendo un genérico a Promese a una diferencia muy sustancial. La diferencia de precio está en que un producto está dirigido al mercado privado y otro al mercado institucional”, apunta Ureña.

Desde Laboquidom, Nerys indica que los medicamentos genéricos que ellos fabrican “deben tener la misma calidad” que los demás, pero son destinados a un sector distinto. “Los medicamentos con su nombre van dirigidos a un mercado que puede pagar más por un comercial. En otro mercado hará una producción mucho más grande, más amplia y con mayor demanda, entonces va a bajar los costos por la alta cantidad que está fabricando y podrá vender más económico, pero los dos medicamentos deben llevar la misma calidad”, recalca.
Para la directora de Promese Cal, Elena Fernández, los medicamentos genéricos deben cumplir con tres ejes fundamentales: la misma concentración que el medicamento de marca, los mismos principios activos y actuar de la misma manera. ¿Es así?

El Estado como garante

La efectividad de los medicamentos genéricos históricamente ha estado rodeada de controversias, de cuestionamientos sobre su calidad, seguridad y garantía en cuanto a la bioequivalencia y biodisponibilidad de los medicamentos.

Estos dos últimos conceptos se refieren a la cualidad de que un mismo principio activo sea equivalente e intercambiable a su original y la biodisponibilidad está implicada con la velocidad de absorción de este principio activo.

Para muchos médicos, decidir recetar un medicamento de un laboratorio x es un asunto de confianza. “Uno prefiere trabajar con un medicamento de calidad comprobada”, indica un especialista de la medicina, quien cuestiona los procedimientos para determinar si efectivamente un medicamento genérico es bioequivalente y biodisponible.

“Otras veces se da el caso de que algún doctor hace un compromiso moral con algún laboratorio que proporcionan facilidad para asistir a conferencias”. Como respuesta a la idea de que esa práctica sería antiética, este médico explica que “es una política generalizada y, frecuentemente, se trata de laboratorios reconocidos con calidad óptima en investigación… Con los genéricos todavía no se ha comprobado su calidad, aunque hay muchos buenos”.

Certificar la calidad de los medicamentos es una responsabilidad del Estado. Antes de hablar de los genéricos el doctor Gustavo Rojas Lara, director de la Comisión Presidencial de Política Farmacéutica Nacional, hace una advertencia: “El Estado debe garantizar que cuando una persona busque un medicamento en cualquiera de las disposiciones o establecimientos, públicos o privados, tengan la seguridad de que son eficaces, eficientes y seguros”.

“No hay políticas de controles de precios desde el Estado y esto ha permitido que la venta de fármacos sea visto como un negocio de suministro de cualquier otro producto, cuando no debe ser visto así”, apunta el médico.

Rojas entiende que el Gobierno debe también fortalecer el combate del mercado ilícito y en esto entra, además de la falsificación de productos, la venta de muestras médicas, de medicinas vencidas, reetiquetadas y adulteradas.

Un llamado que coincide con el presidente del Colegio Médico Dominicano (CMD), Pedro Sing. Según él, las autoridades deben velar porque los medicamentos genéricos contengan el rigor requerido y cuidar de “que no haya callejones como fábricas”. “El problema de los genéricos es que suelen falsificarlo”, denuncia.

Promese Cal, garantía reconocida

Los productos de Promese Cal que son despachados en las boticas o usados en los hospitales ya han pasado por una serie de pruebas que garantizan la eficiencia de estos medicamentos y su calidad, desde el proceso de licitación hasta después de su adjudicación, como seguimiento. Se realizan una serie de pruebas analíticas, para determinar la calidad del producto. “Por ese histórico de que lo que Promese dispensaba no tenía calidad, desarrollamos un protocolo de vigilancia. Ahora la industria ha entendido que a reglas claras, normas claras”, apunta Fernández. Esto implica que, si no cumplen con un estándar de calidad exigido, el Estado no comprará.

El mismo Humberto Salazar y el presidente del CMD han reconocido la calidad de los productos que distribuye el Gobierno a través de Promese Cal.

Las certificaciones son garantías de seguridad

En teoría, todo fármaco necesita una certificación de registro sanitario para ser comercializado y es el Ministerio de Salud Pública el órgano que otorga esta certificación, a través de la Dirección General de Drogas y Farmacias. De acuerdo con el Portal del Estado Dominicano www.gob.do esta mercancía es analizada y evaluada antes de la obtención de este registro, que a su vez conlleva una serie de obligaciones para el titular. Esa certificación perdura durante cinco años.

La política de Promese Cal es lograr la accesibilidad de medicamentos a los más vulnerables, a los que no tienen la protección de la seguridad social. Nuestra misión es proveer de productos de calidad al menor precio posible”.
Elena Fernández
Directora de Promese Cal

Los medicamentos genéricos llegan al consumidor a bajo costo, pero eso no significa que son medicamentos sin calidad, porque al igual que los de marca deben cumplir con normas para su comercialización”.
Jacqueline Nerys
Gerente de producción de Laboquidom

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