El predecesor del papa Francisco, el renunciante Benedicto XVI, subrayó “la unidad inseparable entre fe y caridad, así como entre amor a Dios y amor al prójimo”. Esa postura de la Iglesia católica está en notable conformidad con la información científica que confirma el valioso impacto espiritual y físico devenido del altruismo. Veo algunas personas presumir de su devoción cristiana al tiempo que se conducen fundamentalmente individualistas. No creen en mover un dedo por nada ni nadie excepto ellas mismas y sus familias. En conformidad con lo dicho por el ahora papa emérito, el amor al prójimo es la expresión práctica del amor a Dios. Mientras más solidarios, mayor unidad con él y más reconfortado nuestro espíritu.

Benedicto xvi ha subrayado “la unidad inseparable entre fe y caridad, así como entre amor a Dios y amor al prójimo”. Son principios contrapuestos a la visión de algunas iglesias cristianas no católicas, las que enfatizan la fe como vía de salvación y marginan el valor de la caridad.

Cada creencia religiosa defiende su dogma. La postura católica está en notable conformidad con lo que la ciencia misma confirma: el altruismo, la caridad, la empatía, la compasión, son fuentes de felicidad humana. Está documentado que mientras más damos o ayudamos voluntariamente, mayor nuestro bienestar integral, espiritual y personal.

Dios llama en cada ser más necesitado que nosotros. ¿Cómo invocar a Dios soslayando desgracia o dolor ajenos?