Alumnos sufren las precariedades de la Residencia Estudiantil

Dariana Méndez vive en la Residencia Estudiantil de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) desde hace cinco años. Oriunda de Azua, hija de un agricultor y de una ama de casa, esta joven de 23 años no podría convertirse en doctora si…

Dariana Méndez vive en la Residencia Estudiantil de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) desde hace cinco años. Oriunda de Azua, hija de un agricultor y de una ama de casa, esta joven de 23 años no podría convertirse en doctora si no existiera la residencia.

“Nosotros no tendríamos otra forma de estudiar en la universidad si no viviéramos aquí” comenta la joven. Los alumnos aquí pagan mensualmente RD$215 y reciben comida, cena y transporte hacia la sede académica. Son jóvenes de bajos recursos que se mudan a Santo Domingo a continuar sus estudios y por lo regular, son estudiantes de medicina, arquitectura e ingeniería, tres carreras que en los centros regionales de la Primada no suelen estar completas.

La condición en que está la torre de 12 plantas no les permite contar con los servicios básicos que le den comodidad. En la edificación no funcionan los ascensores y sin el servicio de agua, tienen que cargar con las cubetas hasta 10 pisos, en el caso de los varones. Actualmente los residentes tienen casi un mes sin recibir el líquido, según comenta Méndez.

Cuando los alumnos son aceptados en la residencia tienen derecho a utilizar la biblioteca, un laboratorio de computadoras y lavandería. Pero la biblioteca está inhabilitada, en el laboratorio hay una computadora y una lavadora en el área de lavado. Todo esto para 108 estudiantes, aunque la obra tiene capacidad para albergar a 280. 

Dormitorios cerrados

Bajo promesas de remodelación están inhabilitados los pisos siete, ocho y nueve. Los trabajos están detenidos desde hace casi un año, según sus empleados. “Mira esta habitación supuestamente recién acabada y se está cayendo a pedazos”, comenta al salir de uno de los dormitorios que están siendo reformados el joven Víctor Sánchez, presidente de la asociación de estudiantes de la residencia, donde la humedad acabó con la pintura reciente. “No necesitamos un parche, es una remodelación profunda lo que hace falta”, responde por su parte García.

Las filtraciones obligaron a la administración a cerrar las plantas cinco y seis, que ahora se han convertido en depósitos de basura y residuos de construcción.
En conclusión, solo habitan mujeres en las plantas dos, tres y cuatro, mientras que los hombres se encuentran en la 10 y 11. De las 10 plantas con dormitorios, cinco están cerradas. Lo que implica que de 140 habitaciones, solo 70 son funcionales hoy día.

¿Cómo viven los estudiantes?

Existen una cocina y un baño por cada dos habitaciones. Y los dormitorios son compartidos por dos personas. Antes, la residencia le aseguraba al menos la cama, nevera y estufa a estos jóvenes. La falta de recursos ha impedido esta garantía y ahora muchos estudiantes tienen que traer este tipo de inmueble, además de los utensilios que necesita cualquier hogar.

Son los mismos estudiantes los que también se encargan de mantener la limpieza del área en común, mientras que el seguridad que está de turno se asegura de que todo esté bien y se cumpla con la regla común para hombres y mujeres: No pueden llevar un invitado a las habitaciones ni entre ellos pueden visitarse. Las visitas se reciben en el área de recepción.

Remodelación detenida

Las plantas 10, 11 y 12 ya fueron remozadas y es evidente el cambio de panorama, más acogedor y limpio, frente al resto de la infraestructura. Sin embargo, según cálculos de Freddy de los Santos, director administrativo de la Residencia Estudiantil, los trabajos en el resto de la obra están detenidos desde hace alrededor de un año. La falta de capital es la razón, según indica. “Hemos pedido ayuda a todas las instituciones, pero seguimos esperando”.

La estudiante Méndez también anhela una intervención de este lugar, que en los últimos cinco años ha sido su casa. “Lo que más cambiaría de aquí sería el asunto del agua y la luz, que aunque es 24 horas siempre hay alguna avería. Desearía que los residentes tengan una mejor forma de vivir”.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas