La prevalencia del VIH en la República Dominicana está directamente relacionada con la no observación de la práctica religiosa, de acuerdo con la Endesa 2013.El dato sale a relucir en el indicador “Prevalencia del VIH” de la Encuesta Demográfica y de Salud, específicamente en el apartado referente a las características socioeconómicas.
En el cuadro 15.4 se establece que en el renglón “Religión”, que por primera vez se incluye en Endesa, de un universo de 5,642 encuestados que no pertenecen a ninguna denominación cristiana, el 1.1% dio positivo: el 0.9% de 2,460 mujeres y el 1% de 3,182 hombres.
Los datos corresponden específicamente a la población en edades comprendidas entre los 15 y 49 años.
De las personas que hacen vida en alguna iglesia cristiana, los adventistas son el grupo con más casos de VIH, ya que de 278 encuestados el 0.3% dio positivo: el 5.5% de 127 mujeres y el 3.2% de 151 hombres.
De 3,537 evangélicos el 0.7% dio positivo: el 0.8%de 1,802 mujeres y 0.7% de 1,734 hombres.
Los católicos resultó el grupo con menos prevalencia, dando positivo un 0.5% de un total de 7,690 encuestados. De éstos, 4,201 eran mujeres, con un 0.9%; y 3,489 hombres, con un 0.7%.
Dato curioso es que quienes dijeron pertenecer a otras religiones distintas a la evangélica, la católica y la adventista, arrojaron como resultado una prevalencia cero, es decir, que no tiene el virus del VIH.
Asimismo, Endesa 2013 revela que la zona rural tiene una mayor prevalencia del VIH (0.9%) con respecto a la urbana (0.6%).
Endesa 2013 precisa, sin embargo, que la prevalencia según religión no revela diferencias importantes y que el mayor valor en adventistas está basado en pocos casos (278) como para considerarlo como un resultado definitivo.
Educación y zona de residencia
En la zona rural, de un total de 4,502 personas encuestadas, de 2,112 mujeres el 0.9% dio positivo, y de 12,014 encuestados en la zona urbana el 0.9% de 6,651 mujeres dio positivo, igual que el 0.8% de 6,263 hombres.
De acuerdo con la encuesta, se nota una clara correlación inversa entre la educación y la situación socioeconómica, por un lado, y la prevalencia del VIH, por el otro.
“Tanto en las mujeres como en los hombres la prevalencia disminuye en forma apreciable con el aumento del nivel de educación”, expresa. “El porcentaje de personas que resultaron seropositivos fue del 4.3% entre los no escolarizados, se redujo al 1.1% de las personas con 5 a 8 años del nivel primario, y apenas el 0.1% de los que alcanzaron el nivel superior”, apunta.
