Biblioteca Pedro Mir de la UASD se cae a pedazos

La biblioteca Pedro Mir fue concebida desde que abrió sus puertas, en el 2004, como la más moderna del Caribe, un título que desde el inicio parece haberle quedado demasiado grande.

La biblioteca Pedro Mir fue concebida desde que abrió sus puertas, en el 2004, como la más moderna del Caribe, un título que desde el inicio parece haberle quedado demasiado grande. Y es que la plataforma con la que supuestamente los estudiantes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) iban a poder alquilar allí un libro de forma virtual nunca ha funcionado. “Toda la inversión que se debió implementar desde el inicio no se hizo. Al contrario, por no darse el mantenimiento y la sustitución en el tiempo preciso de la planta física y su equipo técnico, que estaban en óptimas condiciones, fueron deteriorándose”, explicó el gobernador de la biblioteca, Rafael Peña Geraldino.

Ahora se necesitan al menos RD$60 millones para atender las necesidades más urgentes y RD$100 millones si asumen todos los trabajos que se requieren.
De las computadoras que fueron instaladas, quedan solo cascarones. Si no es que le faltan los teclados o ratones, es que los cubículos donde se supone que van estas máquinas están vacíos.

De acuerdo con el gobernador hace falta reemplazar todas las computadoras, en total 600, para el servicio a los alumnos de la academia que recibe a la clase menos pudiente del país y cuya matrícula se calcula en más de 95 mil, solo en su sede principal. “Uno tiene que ir a los centros de Internet para hacer las tareas”, se quejó una estudiante.

El panorama en las salas de lectura de la biblioteca se repite en las tres plantas destinadas al estudio con mesas corroídas, sillas rotas y por la falta de bombillos y aire acondicionado en algunas áreas.

“Los bombillos y las lámparas hay que sustituirlas constantemente y estamos hablando de mil o mil 500 unidades”, señaló Peña.

Las filtraciones afectan principalmente la cuarta planta, a tal punto de que cuando llueve, el agua llega a los pasillos y algunas zonas internas. “Si no se corrigen con urgencia, se va a deteriorar la planta física y los libros”, advirtieron las autoridades de la biblioteca en un informe que entregaron al rector Iván Grullón, con la intención de intervenirla.

Lo que más puede garantizar una edificación de esta naturaleza es que haya libros. Algunos estudiantes señalan que todo lo que buscan lo encuentran. Otros, como Mariel Aybar, reconocen que no siempre es así. “Hay libros que no aparecen, y los que hay, son pocos ejemplares”, se lamentó.

Según el gobernador, la falta de acuerdos con las casas editoriales por parte de la biblioteca dificulta conseguir nuevas ediciones. “Los ejemplares se mantienen en condiciones más o menos aceptables… pero su adquisición no se hace al ritmo de lo que se necesita”, reconoce Peña.

Precisó que la biblioteca Pedro Mir tiene más de 24 mil metros cuadrados de construcción, distribuidos en cuatro niveles.

Faltan empleados y fotocopiadoras

Además del deterioro de las computadoras, sillas, mesas, bombillas y las filtraciones, en la biblioteca falta personal para garantizar la limpieza, sobre todo de los baños y la seguridad. Peña calcula que en estas dos áreas de mayordomía y seguridad, la biblioteca debería tener el doble de empleados con los que cuenta. Además, los estudiantes pueden sacar los libros al exterior exclusivamente para ser copiados, lo que resalta la falta de una sala con fotocopiadoras para los miles de estudiantes que diariamente acuden allí a consultar y a realizar sus trabajos.

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