Reencauzar el Merca

Es frecuente que algunos servicios públicos comiencen a funcionar de manera aceptable y con el tiempo se vayan deteriorando por malos hábitos o distorsiones de quienes los prestan. A veces por falta de mantenimiento de equipos o por incumplimiento&#8230

Es frecuente que algunos servicios públicos comiencen a funcionar de manera aceptable y con el tiempo se vayan deteriorando por malos hábitos o distorsiones de quienes los prestan. A veces por falta de mantenimiento de equipos o por incumplimiento de normas, métodos y procedimientos.

Pero es muy raro que desde su inicio un proyecto concebido con un propósito, empiece mal, que los objetivos sean radicalmente modificados, pese a una cuantiosa inversión de recursos en estudios e infraestructura.

Todo esto viene a cuento a propósito de la revelación del ingeniero Claudio Jiménez, el nuevo administrador del Merca Santo Domingo, una obra levantada como terminal o centro de recepción, almacenaje y suministros de productos fundamentalmente de origen agropecuario.

Así, el proyecto fue “inaugurado” y al efecto se fueron rentando espacios a mercaderes que adquieren productos de cualquier manera y hasta en el mercado de la Duarte y a su vez ofertan a detallistas o a consumidores que acuden a la nueva terminal con la creencia de que están recibiendo productos frescos provenientes directamente del campo, de los productores.

Pero el Merca Santo Domingo no se hizo para eso, sino como centro de acopio para suplir al comercio de la gran ciudad y otras ciudades y como centro de negocios con miras incluso al mercado exterior.

¿Cómo es posible que se haya improvisado un mercado detallista en un proyecto concebido con otro propósito? ¿Cómo explicar algo semejante, con los riesgos de que el gran proyecto termine como un arrabal, y las grandes infraestructuras para almacenamiento y conservación sean abandonadas?

Pues el nuevo administrador Jiménez ha anunciado su determinación de enderezar el entuerto. Y que el Merca cumpla el propósito originalmente concebido.

Es una tarea para la cual necesitará el concurso de las instituciones públicas comprometidas con el proyecto y de los empresarios y empresas claves en el suministro de bastimentos que demandan los consumidores.

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