Gastronomía popular dominicana

Cuando un extranjero visita  nuestro país, es casi imposible que no se enamore de esa “chispa” única que tenemos los dominicanos. Somos folclóricos; tomamos y nos reímos en los velorios, cuando menos tenemos gastamos el último peso que nos&#8230

Cuando un extranjero visita  nuestro país, es casi imposible que no se enamore de esa “chispa” única que tenemos los dominicanos. Somos folclóricos; tomamos y nos reímos en los velorios, cuando menos tenemos gastamos el último peso que nos queda y celebramos hasta nuestras desgracias. Pero, no solo en el sentido “personal” los dominicanos somos diferentes, la gastronomía también nos hace únicos. Somos el único país que dentro de su menú de platos tiene los famosos “yaniqueques”( harina frita sazonada con sal), que generalmente resultan deliciosos para “picar” a orillas de la playa. La palabra yaniqueque procede de la anglosajona “Johnny Cakes”, pastel de origen estadounidense y cuya receta arribó junto con los esclavos negros traídos de los Estados Unidos y las Antillas a la región de Samaná. ¿Y qué decir de los churumbeles?, un dulce de coco bañado con caramelo, los que tienen que ser primos hermanos de los jalaos;  también un dulce de coco guayado, con azúcar, pero sin caramelo. Otra gran “delicatesen” son los bacalaítos (harina blanca sazonada con cilantrico y trocitos de bacalao, que luego se fríe), una opción para acompañar la “bandera” o como picadera para mitigar el hambre de la tarde.
Otro plato muy popular, y que ha seducido diversos paladares, es el llamado “friquitaki”, una especie de sandwiche hecho en “pan de agua”, relleno de repollo, huevo frito, tomate y una vinagreta picante. Pero si el friquitaki es sabroso, no menos lo es la empanada de huevo bañada de catchup, la que constituye el desayuno de muchos a tempranas horas de la mañana.

Así, el “chimi” es la hamburguesa dominicana. Éste se elabora con una rica carne de res a la plancha, repollo, tomate y cebolla, todo montado en pan de agua, pues sin este tipo de pan el sabor del “chimi” no es el mismo. A este plato se le ha agregado la “yaroa” (papas fritas bañadas de carne molida de res, queso y mayonesa), una explosión de sabor. El “violado”, es otra de las delicias que solo se encuentran en este país. Lleva un llamativo su nombre, pues se trata de un pan al que se le hace un orificio de extremo a extremo y se le introduce una salchicha. Y,  ¡quién no ha probado un “borracho”!, un bizcocho súper esponjoso, cremoso y delicioso, el cual se tiñe de rojo con colorante artificial. ¿Cómo no caer rendido ante la gastronomía popular criolla, una fusión de productos y sabores, que sin mucho esfuerzo da como resultado platos que hacen agua la boca.

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