Uno de los periódicos digitales que editan colegas del llamado Sur Profundo trajo hace pocos días la información sobre la construcción de una carretera, en territorio haitiano, cuyo trazado pone la vía –ya en proceso de afirmado para luego proceder a su asfaltado- en colindancia con la comunidad de Los Pinos del Edén, un paraíso en las montañas cercanas a La Descubierta, entre las provincias Independencia y Elías Piña. Eso, en sí, no tendría mayor connotación a no ser porque ese mismo medio digital reporta que la nueva carretera es, desde ya, una de las vías más expedita para el incremento del trasiego ilegal de haitianos hacia nuestro país, en provecho de que la zona está virtualmente desprotegida, con la dotación militar dominicana más cercana apenas con menos de una docena de soldados. Es una denuncia seria que las autoridades deben indagar…
Selman “suena”
Hay un reperpero entre los dominicanos que viven en Nueva York con el run-run fuerte que hay allí sobre la inminencia del retorno de Eduardo Selman a la titularidad del Consulado General de la República Dominicana en la urbe. Ya Eduardo ha estado antes como cónsul en Nueva York, pero parece que los peledeístas radicados allá, y los líderes de organizaciones criollas de diversa índole en esa ciudad, no quieren “un importado” nuevamente para el consulado, aunque la designación del cónsul es una potestad que la Constitución otorga al Presidente de la República. Aunque los de la diáspora abogan por que sea uno de ellos quien vaya al Consulado, hay la amarga experiencia, hasta en el presente, de que el Ejecutivo dominicano ha designado figuras con méritos entre sus compañeros de partido pero que no han podido acreditarse ante las autoridades norteamericanas por tener la ciudadanía o residencia estadounidense, de las que tendrían que desprenderse… y no están en eso, aunque quieren el carguito. Mientras, Selman está “sonando”.
