Sana reflexión

Durante días, tenía pendiente llamar a una señora, la cual conozco desde hace más de una década, pero hace alrededor de dos años había perdido el contacto con ella. Decido pasar por su casa, ya que telefónicamente no la había podido contactar.&#8

Durante días, tenía pendiente llamar a una señora, la cual conozco desde hace más de una década, pero hace alrededor de dos años había perdido el contacto con ella. Decido pasar por su casa, ya que telefónicamente no la había podido contactar. Al verme, puso de manifiesto que le alegraba que yo la tuviera presente. Fue verdaderamente asombroso escuchar todas las dificultades por las que pasó esta familia, debido a los graves problemas de salud de su esposo. La exclamación inicial de dicha señora fue: “¡Ay Grecia, cuánto hemos pasado!, pero estamos vivos”. Dada la condición en la cual cada uno de nosotros vive el día a día, existe la tendencia a descuidar las relaciones entre las personas. Y no sé si a ustedes, al igual que a mí, pero cuando tengo una experiencia como esta siento una especie de cargo de conciencia, por lo mucho que descuidamos a los demás. Ahora, que falta el último mes para finalizar este año, lo considero un llamado a reflexión, y una oportunidad para aquietarnos, y sobre todo, sirva para revisar la manera de cómo estamos viviendo. Todo el mundo o la gran mayoría suele repetir la frase: “no tengo tiempo”, e inclusive, como si fuera una manera de ufanarse en decir que les falta tiempo hasta para sus hijos. “A veces llego que ya están dormidos”, me decía una madre de tres niños pequeños. Creo propicia la ocasión para tomar papel y lápiz, hacer un ejercicio de revisión de al menos una semana, desde la mañana hasta la noche, y así poder darnos cuenta cómo se van desarrollando nuestros días. Es probable que con este simple ejercicio descubras si verdaderamente vives o no vives. Sobre todo, que encuentres la necesidad de realizar importantes cambios en tu vida, los cuales no solo te van a proporcionar un mayor disfrute con tu familia y los que te rodean, sino también un aporte básico para tu salud física. Recuerda que una buena salud física va a depender sobremanera de cómo manejes tu estabilidad emocional. Cada vez son más frecuentes las visitas a las diferentes especialidades médicas, y estos, en muchas ocasiones, te piden que trates de aquietar tu vida y buscar la manera adecuada para el desarrollo de tu cotidianidad. Especialmente a las mujeres, por favor: Frenemos nuestras vidas, ya que la quietud es el mejor antídoto para lo que tanto tememos, envejecer.

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