La nueva actitud del Falpo

La semana pasada, dirigentes del Frente Amplio de Lucha Popular (Falpo), que es el movimiento que activa la mayoría de las manifestaciones con tintes violentos en las provincias de Santiago y Hermanas Mirabal, donde han logrado mantener una base…

La semana pasada, dirigentes del Frente Amplio de Lucha Popular (Falpo), que es el movimiento que activa la mayoría de las manifestaciones con tintes violentos en las provincias de Santiago y Hermanas Mirabal, donde han logrado mantener una base social, anunciaron cambios en sus métodos de acción.

No es un planteamiento de la totalidad de ese grupo, porque nueva vez se ha fragmentado. Y parecería que existen ciertas tendencias autonómicas locales, de modo que el liderazgo no reside en un mando único. Podría ser el reflejo de un proceso de desintegración.

De todas formas, el elemento fundamental que hace mirar hacia el Falpo es que esa formación, o parte de ella, operante durante treinta años, ha entrado en un nuevo enfoque sobre el ejercicio de la política y su defensa de las causas sociales.

La comprensión de que la violencia los ha ido aislando de la gente, al extremo de que segmentos de la sociedad les han dicho que ese proceder les genera animadversión y al mismo tiempo alimenta la inseguridad.

Lo más triste de todo es que las protestas no reditúan resultados tangibles para la población. Más bien, cuando ocurren, se siente atemorizada. La repulsa es inevitable.

Hemos insistido en que tiene mucho más sentido que los jóvenes que aún trillan este camino se dediquen a contribuir con la promoción de valores ciudadanos, de modo que las personas que defienden conozcan sus derechos, y especialmente que sepan a cuáles instancias deben acudir.

Sería importante que quienes aún persisten en las vías de hecho dentro de ese grupo, reflexionen sobre su accionar, lo que obviamente no significa una renunciación a sus ideas.

Aplaudimos a Víctor Bretón, uno de los dirigentes más tradicionales de esa agrupación. Lo mismo que a Juan Peña y Nelson Rodríguez, dirigentes populares de Salcedo. Sus reflexiones y conclusiones contribuirán a la paz social en esos pueblos.

El valor de reconocer críticamente una práctica y avanzar por nuevos caminos es un acto de inteligencia y valentía. Creemos que ahora serán mejor valorados por la sociedad.

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