¿Por qué se extingue el reformismo, si hay tanto balaguerismo?

En la pasada semana, el presidente del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), Ing. Federico Antún Batlle, al participar en el almuerzo semanal del periódico elCaribe, dijo que al asumir la presidencia del PRSC, a principios de este año, “el&#823

En la pasada semana, el presidente del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), Ing. Federico Antún Batlle, al participar en el almuerzo semanal del periódico elCaribe, dijo que al asumir la presidencia del PRSC, a principios de este año, “el reformismo casi se había extinguido”, pues en marzo apenas tenía un 2% de aceptación popular, mientras recientes mediciones internas lo colocan en un 6%, y entendemos que esa afirmación, la cual apareció en la primera plana, viene como respuesta a varias encuestas recientes cuyos resultados dejaron fuera al PRSC, indicando que su participación en el mercado electoral dominicano se ha reducido extraordinariamente.

A nadie le queda duda de que la afirmación del Ing. Antún es totalmente válida en el sentido de que el PRSC se ha estado extinguiendo gradualmente, como tampoco le queda duda de que la exclusión del PRSC en las recientes encuestas publicadas, obedece a las mismas razones, lo cual, en nuestro mercado electoral, que siempre apuesta a ganar, amerita de un urgente diagnóstico sobre los males que afectan al PRSC, y de una inmediata receta médica que le ayude a recuperarse en el corto plazo previo al próximo proceso electoral.

En lo personal creo que desde la muerte del Dr. Joaquín Balaguer, hay dos PRSC, uno grande, que es el sentimiento balaguerista-reformista que acompaña todo el tiempo a quienes sintieron las alegrías de los triunfos de Balaguer, y otro PRSC pequeño, que es el que se manifiesta en las encuestas y en las urnas.

Casi todos los dominicanos sabemos, aunque algunos lo nieguen, que si usted participa en una conversación política en el barrio, en el parque, en la esquina, en el colmado, en la tienda, en un set de televisión, o en una cabina de radio, de repente alguien dice yo era balaguerista, y otro dice en mi casa todos eran balagueristas, y otra dice yo siempre voté por Balaguer, y otro dice Balaguer me consiguió una beca para estudiar y me gradué, y otro dice Balaguer nos dio la casa donde todavía vivimos, y entonces usted pregunta, ¿pero y cómo es posible que si tanta gente mantiene firme ese sentimiento balaguerista, el mismo sentimiento no se exprese en las encuestas, ni se perciba en el seno de la población, ni se contabilice en cada elección?

Entonces, en el PRSC debemos preguntar ¿qué fue lo que hizo Balaguer que le permitió construir y mantener en el poder al partido político más grande y más exitoso de la segunda mitad del siglo 20, y por qué, luego de su muerte, no se ha seguido haciendo lo mismo, o algo mejor y superior, para mantener al PRSC con reales posibilidades electorales frente a una sociedad desesperanzada, golpeada por el alto costo de la vida, aterrorizada por la delincuencia, hundida en el desempleo y la pobreza, y que sufre la atomización de los partidos de oposición porque todos queremos ser cabeza de ratón y nadie quiere ser cola de león.

Realmente el sentimiento balaguerista sigue existiendo, casi intacto, pero parte del problema que extingue al reformismo radica en que miles de balagueristas se mantienen políticamente inactivos porque después de la muerte de Balaguer fueron olvidados y nunca más han sido visitados ni convocados; mientras otros, políticamente activos, se han acomodado bajo la sombra del Gobierno y profesan mayor lealtad y adhesión al cargo, o al empleo, que al partido que les sirvió de puente para llegar al cargo, o al empleo, y hoy no tienen necesidad de esforzarse para buscar el poder, porque están en el poder, y ambos factores contribuyen a la extinción del partido de Balaguer, aunque con ello no se extingue el sentimiento por Balaguer.

Todo partido político necesita revisar su brújula direccional, de frente al proceso electoral, debiendo hacerlo cada día, …y tener la hidalguía, de corregir la orientación, cuando confirme que no va en la correcta dirección. Sólo así se llega adonde se quiere llegar.

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