Son las 6:00 de la mañana, y las nueve hornillas de la cocina de Ana María Martínez se encienden, para cocinar el almuerzo a 700 estudiantes de la escuela República de Chile, uno de los 1,273 centros incorporados a la tanda extendida.“No es tarea fácil cocinar para más de 700 personas y tener que estar en la escuela a las 11:30 de la mañana para cumplir con el compromiso que asumimos de alimentar a tantos niños”, expresó Ana Martínez, quien hace tres meses brinda sus servicios como suplidora de la tanda extendida.
Desde que Martínez se enteró de la oportunidad que le brinda el Estado a las pequeña y medianas empresas para participar como suplidora de almuerzo a los centro educativos incluidos en la modalidad de Tanda Extendida, “en tiempo récord” realizaron una cuantiosa inversión en equipos de cocina industrial.
A pesar de que tiene seis años ofreciendo servicios de picadera, cuenta que alimentar a tantos niños se ha convertido en un gran reto.
Explicó que para cumplir con el compromiso, de llevar poco más de 740 raciones de comida esta nueva empresa contrató nueve personas.
Ayer, el menú consistía en moro de gandules con bacalao y ensaladas de granos. Los vegetales no pueden faltar, según dijeron los cocineros de esta pequeña empresa, quienes tienen que seguir un programa establecido por expertos en nutrición del Ministerio de Educación, que entre otras cosas, les prohíbe condimentar los alimentos con químicos o conservantes.
