El pasado jueves la Galerie Roy Sfeir de París acogió una singular muestra que apertura el diálogo entre las obras del artista Alejandro Reyes (Chichí) con las de la creadora Nisa Chevénement.
Tanto Chevénement como Reyes tienen su propio lenguaje y forma de expresión artística, de ahí que el conjunto de sus trabajos resulte disímil a la vista, claro que su intención en parte encuentra ciertos equilibrios.
Nos centraremos en la obra de Chichí Reyes, quien con el tiempo se ha ganado el respeto y admiración de quienes conocemos su trabajo, dada la energía que emana de sus representaciones y la maestría con que dispone cada elemento en las piezas. Pues de lo abigarrado se presenta como una visión general del Caribe que irradia por medio del color en cada composición.
El crítico para esta entrega, Sr. Patrick, presenta dos aspectos fundamentales en las obras: por un lado nos habla de “la figuración del lugar de la escena, es decir una representación más o menos realista; ambiental, del lugar (…) –y- por otra parte, una no-figuración del lugar voluntaria (…)”.
En cuanto a la perspectiva ambiental, agrega que “la obra de Reyes es un análisis crítico de la sociedad, que tiene algo que ver con una cierta distancia tomada frente a esa misma sociedad, ya que él no pinta como si fuera un realismo social. Por tanto, no puede ser una obra contemplativa, sino una obra pertinente como la de Vela Zanetti. Los cuadros de estos dos pintores tienen una visión amplia y compleja de la escena pintada. En fotografía es lo que se llama efecto “grand angle”. Todo es tomado en cuenta con una aparente igualdad de tratamiento”.
Mientras que en lo relativo a la no-referencia comenta que “en este caso, la composición del cuadro responde a preocupaciones diferentes para encontrar soluciones plásticas originales. En el centro de la composición siempre hay algo, una agitación casi cósmica, elementos que pueden ser personas u objetos tomados en un movimiento donde la energía nace en un lugar fuera del lienzo. (…)”.
