Muere Chespirito; la comedia está de luto

México. En la vecindad se escucha el llanto, pero esta vez no se debe a las travesuras de Quico ni a un regaño de Don Ramón.

México. En la vecindad se escucha el llanto, pero esta vez no se debe a las travesuras de Quico ni a un regaño de Don Ramón.Los lamentos se deben a la muerte del comediante mexicano Roberto Gómez Bolaños, “Chespirito”, a los 85 años, creador de una infinidad de personajes con los que cambió la forma de hacer comedia en Latinoamérica.

El artífice de los programas “El Chavo del Ocho” y “El Chapulín Colorado” se formó profesionalmente en el área de ingeniería, pero desde muy joven se dedicó a la escritura de mensajes publicitarios y guiones.

Fue mientras trabajaba en una compañía dedicada a la fabricación de vigas y artículos de acero que decidió sortear el aburrimiento de sus labores y “sin querer queriendo”, como diría su entrañable Chavo, se topó con un peculiar anuncio en un periódico: “Se solicita aprendiz de productor de radio y televisión y aprendiz de escritor de lo mismo”. Responder a tal publicación “marcó el primer paso que di para cambiar por completo la trayectoria de mi vida”, escribió en su autobiografía titulada, igualmente, “Sin querer queriendo”.

En plena revolución social, y justo cuando en México apenas se formaban los grandes imperios televisivos, Gómez Bolaños fue convocado por ejecutivos del entonces nuevo Canal 8, que le comisionó la creación de “El ciudadano”, una serie cuyo protagonista debía ser “uno de esos tipos que se meten en todo para defender a los más necesitados”.

El que no supo en qué se había metido fue el comediante. Aquel programa al que finalmente bautizó como “El ciudadano Gómez” fue el principio del fenómeno de Chespirito. Era la serie la que lo lanzaría a la fama frente a las cámaras luego que pidió participar en un casting del que salió victorioso. En las pruebas de actuación también se topó por vez primera con Rubén Aguirre, con quien trabajaría durante más de tres décadas.

“Pegué un brinco de júbilo, que si no rompió el record de altura, sí rompió el de felicidad”, relató sobre el momento en que le informaron que protagonizaría la emisión. Sin embargo, la serie no llegó a transmitirse. Los ejecutivos decidieron conservarla como “un arma de contraataque” ante el surgimiento de Telesistema Mexican, competencia de la Televisora Independiente de México.
Dos años después llegaría “Los Supergenios de la Mesa Cuadra”, una parodia de los programas de discusiones de mesa cuadrada de la época. La emisión marcaría un hito al reunir a actores como Aguirre (que desde entonces se convirtió en el Profesor Jirafales), Ramón Valdés (eventualmente Don Ramón) y María Antonieta de las Nieves (La Chilindrina). A sólo unas semanas de su transmisión, el programa fue nombrado simplemente “Chespirito”. Allí surgió el Chapulín Colorado, que había sido rechazado por otros comediantes y que originalmente iba a llamarse el Chapulín Justiciero. Pero como diría ese personaje, todos sus movimientos estaban fríamente calculados y Gómez Bolaños, aunque gozaba de éxito, decidió terminar con “Los Supergenios”.

La premura de crear un personaje lo llevó a echar mano de sketches “sueltos” y “sobrados” que jamás habían sido utilizados. Uno de ellos abordaba a un pícaro niño que se metía en un lío con un vendedor de globos.

La fórmula de reúso fue repetida y aceptada. Había nacido El Chavo y Gómez Bolaños, quien para entonces tenía unos 40 años, era quien lo interpretaba.

“Jamás pretendí que el público pensara que yo era un niño. Lo único que buscaba era que aceptara que yo era un adulto que estaba interpretando el papel de un niño”, dijo sobre el personaje, que difería de otros infantiles de la época debido a que conservaba la inocencia propia de un pequeño.

Y tenía que ser el Chavo el que lo catapultara a la fama. El programa resultó tan popular que a la fecha se puede ver en múltiples países del continente americano. En su momento llevó a la fama a otros integrantes del elenco, como a Carlos Villagrán, quien daba vida a Quico; De las Nieves como la Chilindrina y Florinda Meza, quien actuaba como Doña Florinda y con quien Chespirito se casó en 2004 tras más de 20 años de vivir en unión libre. 

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