Hace unos días compartía con muy buenos amigos un rato agradable en la ciudad de Neiba, en el Sur de nuestro país, cuando una de las chicas presentes me tapó los ojos para darme a probar lo que definió una gran maravilla. Al principio pensé que era una de esas bromas que en los tiempos de “las quimeras y el futuro promisorio” nos jugábamos los muchachos revolucionarios de la zona. Pero accedí porque entre los reunidos el que no tenía la cabeza llena de canas, por lo menos podía contar algunos nietos dentro de “su crecimiento histórico”. Abrí la boca y me dieron a probar algo para que adivinara. Aquello era fantástico. Su sabor super exquisito a mi paladar. Ni hablar de la suavidad en forma de gel que se diluyó de manera mágica. Cuando abrí los ojos tenía frente a mí un pequeño frasco que contenía la sustancia que acababa de probar. “La Neibana” alcancé a leer tan pronto enfoqué, para reclamarle que de “qué se trataba esta broma”. Pero no era ningún chiste. Me habían dado a probar la nueva mermelada que se fabrica en Neiba en una derivación de sus sabrosas uvas. La Neibana es un producto en el que accionan 72 productores y productoras agrupados en la Sociedad de Cultivadores de Uvas y Derivados de Bahoruco -SOCUDEBA-, entidad que encabeza la vitivinicultora Yuberky Jáquez. La industria está ubicada en el municipio de Galván, pero ya su local definitivo se construye en la ciudad de Neiba, a la salida hacia Villa Jaragua. Me cuentan que están preparados para producir 60 mil frascos de La Neibana.
Todo este esfuerzo tiene el respaldo del Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario (FEDA) que facilitó un préstamo de RD$3,784,000.00 (tres millones setecientos ochenta y cuatro mil pesos). Esto es todo una sensación en Neiba y yo adquirí, mediante compra, claro está, varios frascos para seguir degustando esta especialidad de mi región. Anímese usted a consumir lo nuestro.
