Indudablemente, el alto funcionario más sufrido de este país es Ramón Ventura Camejo. Ese pobre hombre viene arrastrando calladamente su dolor desde que en este país se creó el Ministerio de Administración Pública, vano sueño institucionalista en un país sistemáticamente desinstitucionalizado. Ninguna disposición suya ha sido acatada al pie de la letra por nadie; ninguna planificación se ha ejecutado; ningún control se ha respetado; ninguna escala salarial se ha cumplido. Por ejemplo, ¿qué son y qué han hecho los Ministerios de la Mujer y de la Juventud? (No pregunte, que ni siquiera Ventura Camejo tiene la respuesta).

(Décima cibaeña)
Camejo no e cocinero
Ma propone una receta
Que dei paí sea la meta
y ei PELEDÉ sea ei primero
Berenjena y mucho puerro
Que debe seiví Danilo
A quien se le ve tranquilo
Poi su popularidá
Ca’ domingo una enrramá
Con risita e cocodrilo.
Leonei que epere hata ei vente
Que la ñoña no e relajo
No impoita enseñai ei refajo
Cara e triunfo y aparente
Danilo ej el agente
Con pequeña cirugía
Ai papei que lo prohibía
Que aquí no cabe ni un gato
Noventa poi ciento e dato
Y se acabó la poifía.