Pacientes de cáncer prueban fármacos en ratones

Los científicos a menudo prueban fármacos en ratones. Ahora, algunos enfermos de cáncer hacen lo mismo con la esperanza de curarse.

Los científicos a menudo prueban fármacos en ratones. Ahora, algunos enfermos de cáncer hacen lo mismo con la esperanza de curarse.

Estos pacientes pagan a un laboratorio privado para que críe ratones a los que se han hecho pequeños injertos de los tumores de esas personas enfermas a fin de que se prueben primero los tratamientos en los roedores personalizados.

El propósito es ver qué medicamento puede funcionar mejor en el cáncer específico de un individuo.

Los ratones pueden ayudar a los pacientes a hacer decisiones que puede ser muy difíciles en circunstancias igualmente difíciles. Los estudios pueden indicar la posible utilidad de una cierta quimioterapia, pero los pacientes desconocen si será eficaz en ellos.

A menudo hay que tomar más de una decisión y si la primera fracasa, el paciente podría estar demasiado enfermo como para intentar otra.

Así las cosas, centenares de personas han recurrido en los últimos años a los «ratones avatar» para probar las quimioterapias.

«Lo que yo hago es un tratamiento personalizado contra el cáncer. Es la ola del futuro», dijo Eileen Youtie, una mujer de Miami que utiliza a ratones como guía para que la atiendan de una forma de cáncer de mama de difícil tratamiento.

«Esto es en parte un intento para eliminar las quimioterapias que no van a funcionar en mí. No quiero perder tiempo en ellas y envenenar mi cuerpo», agregó.

Sin embargo, no hay garantías al ciento por ciento con los ratones.

«Es insuficiente la ciencia» para indicar qué tan bien funcionara el método, y hay que considerarlo altamente experimental, declaró el doctor Len Lichtenfeld, subdirector médico en la American Cancer Society.

Hay algunos informes iniciales alentadores, afirmó. De acuerdo con un estudio sobre 70 pacientes, los ratones generalmente reflejaron que tan bien reaccionarían los pacientes a los diversos medicamentos.

Sin embargo, no hay evidencia de que la utilización de los ratones supere en algo la atención basada en las orientaciones médicas o las pruebas genéticas que se efectúan a los pacientes para elegir los fármacos.

Las pruebas en los ratones cuestan 10.000 dólares o más y no las cubren las aseguradoras. Como hay que esperar varios meses, los pacientes por lo general comienzan sus terapias antes de que estén listos los resultados con los ratones.

«Veo una promesa (en el procedimiento), pero hay que esperar mucho y es muy caro. Para el paciente promedio habrá que aplicar la atención ordinaria», dijo Alana Wel, investigadora del cáncer en la Fundación de Investigación Médica Oklahoma.

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