El consumo excesivo de fructosa aumenta la frecuencia cardíaca, el gasto cardíaco, la retención renal de sodio y la resistencia vascular.Siempre se ha creído que la sal era el mayor detonante de la presión arterial, sin embargo, recientes estudios están evaluando la seria influencia del azúcar en el desarrollo de la hipertensión arterial; por lo tanto, las nuevas recomendaciones indican que para controlar esta enfermedad, no sólo el sodio debe moderarse, sino que también hay que reducir el consumo de azúcar.
Un nuevo estudio estadounidense, cuyos resultados han sido publicados en la revista Open Heart, muestra una relación entre el consumo de bebidas azucaradas y el incremento de la presión arterial, algo que no sucede con refrescos sin azúcar ni con bebidas con cafeína, por lo que se cree que lo que determina el aumento de la tensión arterial es el azúcar. Según la investigación, un alto consumo de azúcar aumentaba significativamente la tensión sistólica y la presión arterial diastólica. Así las personas que consumen el 25% o más de calorías de azúcar tienen casi tres veces mayor riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular, según la investigación.
Sin embargo, la ingesta de azúcares de origen natural (como los de las frutas) resulta beneficioso para el organismo.
