Manolo Prince y Hugo Cabrera fueron dos prominentes jugadores de baloncesto del club San Lázaro. Asimismo, tienen un lugar especial en el Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano.Gracias a esas cualidades, Rafael Vantroy, un joven talento del popular sector capitalino, tuvo la idea de plasmar sus rostros en las paredes del techado. “La idea de plasmar la figura de dos de los mejores jugadores de baloncesto dominicano en las paredes del Club San Lázaro la tuve con la finalidad de dejar un legado para los nuevos talentos que vienen emergiendo en esta disciplina y que sepan de su excelente trayectoria en la cancha que ambos registraron”, relata Vantroy.
Junto a su amigo, Bayunga Kialeuka, Vantroy trabaja cuatro días a la semana, unas diez horas en total plasmando las figuras de Cabrera y Prince, quienes fueron exaltados a la inmortalidad del deporte dominicano en 1998 y 2013, respectivamente. “Esto es un rescate a la grandeza e incidencia de estos dos importantes jugadores que tuvo el San Lázaro y que siguen teniendo presencia en el club. Aquí mezclo el arte urbano y popular a través de la pasión que le imprimo a este trabajo”, resalta Vantroy, quien tiene como base para el dibujo el spray y el óleo.
Prince fue un atleta excepcional, que se distinguió por su disciplina, el manejo diestro del balón y su penetración al canasto. Fue un astro prominente del equipo de San Lázaro que ganó el título de campeón en 1974 y 1976. En la actualidad ocupa la posición de vicepresidente de la directiva del club, encabezada por José Martínez Chaín. De su lado, Cabrera obtuvo innumerables récords en el Baloncesto Superior del Distrito Nacional. También fue escogido en varias ocasiones como el Jugador Más Valioso con los quintetos de San Lázaro, Naco y Los Mina. Dirigió los equipos de Miramar en San Pedro de Macorís y San Lázaro.
“También tengo en planes hacer lo mismo con Pepe Rozón y Héctor Báez. La misión es colocar a todos estos deportistas ilustres que pasaron por el club.
Primero vamos a iniciar con esos grandes jugadores que dieron mucho esplendor al club en los años 70, década que colocó a San Lázaro como una de las franquicias más dominantes en ese entonces”, expresa Vantroy, quien tiene residencia en Miami y Santo Domingo.
Vantroy y Bayunga tienen una relación de amistad desde 2003 en la ciudad de Miami. Ambos tienen en común la pintura, en especial la urbana, en donde plasman sus expresiones en paredes y que los ha llevado a obtener importantes reconocimientos a nivel internacional.
“Eso que hacemos en Miami queremos traerlo a San Lázaro. Queremos que esto sea un pequeño distrito de arte cultural y el material lo tenemos en el sector que son esos jóvenes que buscan un espacio de recreación positivo y qué mejor manera que a través de la pintura”, sostiene Vantroy, hijo del periodista Rafael G. Santana. Vantroy se graduó en 1998 en el International Fine Arts College, de Miami, Florida, una de las mejores entidades en el sistema técnico-educativo de los Estados Unidos por la calidad de enseñanza y la experiencia de sus profesores.
Prince resalta la obra de Rafael Vantroy
Para Manolo Prince ver plasmado su rostro en las paredes del club al que tanto logro le dio, es un honor y un reconocimiento a toda una carrera de éxitos en el baloncesto.
“Más que agradecido por lo que este talentoso joven está realizando, no solo conmigo, sino con otras importantes figuras del club. Es un gran honor porque es un homenaje, no solo a lo que hicimos en el baloncesto, sino lo que hemos hecho para la cultura de nuestro sector”, dijo Prince.
No solo el Club San Lázaro está envuelta en este proceso de plasmar los rostros de estas figuras. También está la junta de vecinos, así como la Fundación del Club San Lázaro. “Es una hermosa obra la que este destacado joven del pincel está desarrollando, una hermosa obra”, expuso Prince.
