La Oficina Nacional de la Defensoría Pública (ONDP) celebró ayer su día con varios actos, entre ellos una ofrenda floral en el Monumento de Montesinos y una misa de acción de gracias.La directora de esa institución Laura Hernández Román, destacó que el tema de los derechos humanos es una de las asignaturas pendientes en el país porque “nos fijamos de las apariencias, que no tienen que ver, con los derechos fundamentales”.
Explicó que el Ministerio Público debe cambiar sus políticas ya que la medida de coerción por excelencia que ellos solicitan es la prisión preventiva estando las cárceles sobrepobladas, lo cual generará un colapso en el sistema.
Pidió que la prisión preventiva sea solicitada contra quienes realmente representen peligro de fuga.
Negó que los pobres sean quienes tienen más posibilidades de sustraerse de los procesos penales y por el contrario, afirmó que quienes evaden la Justicia son los que tienen más recursos económicos ya que pueden alquilar aviones o helicópteros privados. Consideró que la justicia penal tiene cara de pobreza.
“Las cárceles están llenas de personas de muy escasos recursos porque los que disfrutamos de vivir en ensanches, disfrutamos de tener arraigo, pero somos las personas que más recursos tenemos para sustraernos de la justicia”, consideró.
Previo a participar de la misa en el Convento de los Dominicos, Hernández indicó también que el maltrato físico es algo que como sociedad no se debe seguir permitiendo.
Mientras que el vicepresidente de la Fundación Institucionalidad y Justicia, Servio Tulio Castaños, consideró que hay falta de políticas para pedir las medidas de coerción. Dijo que la razón por la que los niveles de internos en las cárceles son tan elevados es porque la medida de coerción por excelencia es la prisión preventiva.
Denuncia de acoso sexual en las cárceles
En cuanto a la denuncia hecha por las reclusas de que son acosadas sexualmente por los custodias a cambio de obtener su libertad cuando son ingresadas a las celdas de reflexión, Laura Hernández indicó que todo eso es parte de los problemas de derechos humanos que enfrentan las reclusas y que se debe a que el sistema penitenciario está “pensado para hombres”.
