La vicepresidente Margarita Cedeño de Fernández ha estado ausente de toda actividad pública en las últimas semanas, y llama la atención que su muy eficiente oficina de Comunicaciones no haya dicho nada, dando paso a una serie de conjeturas y especulaciones que crecen, crecen y crecen, a causa de ese silencio. Alguien me dijo que doña Margarita estaba enferma, hay quienes la ubican convaleciente de una supuesta cirugía estética y no faltan los morbosos que aseguran que “ese es el reflejo del distanciamiento entre Leonel y Danilo”. Lo cierto es, eso sí, que como hay quienes viven buscando la quinta pata al gato, hubiese sido prudente una explicación de las ausencias de la vicemandataria de casi todas las actividades propias de la época, donde ella siempre está al frente, en primera fila. Con el twitter, tan comentado, de felicitación a su esposo, el presidente Leonel Fernández, no es suficiente. Hay silencios que no convienen…

Igualdad de género

Las mujeres perredeístas están contentísimas por el anuncio de que se establecerá la igualdad de género en la composición de todos los organismos de la estructura orgánica del partido blanco. Eso podrá ser bueno, o mejor que lo que hay, pero muchos son los que entienden –y con razón- que si es cierto, como lo es, que las mujeres se han desarrollado políticamente tanto como los hombres, no es necesaria la obligatoriedad de establecer porcentajes, aún sean igualitarios, para que figuras de ambos géneros ocupen las posiciones dirigenciales en las organizaciones. Que cada quien se gane sus puestos con su trabajo y esfuerzo, en mayor o menor porcentaje, siempre en correspondencia con su ascendencia interna, pero no abrazados(as) al arrastre que imponen cuotas determinadas. A fin de cuentas, razonan algunos, eso es mucho más dañino que cualquier otro tipo de discriminación, aunque es comprensible que haya quienes promuevan y aúpen este tipo de reparto, a sabiendas de que solo así tendrían cupo…