En la víspera de 2015

No tenemos más alternativas, incluyendo a los pesimistas, que aceptar que a la República Dominicana continuará yéndole bien, como ocurrió en el año que casi termina. Aunque se cuestiona el impacto de los resultados macroeconómicos sobre las…

No tenemos más alternativas, incluyendo a los pesimistas, que aceptar que a la República Dominicana continuará yéndole bien, como ocurrió en el año que casi termina. Aunque se cuestiona el impacto de los resultados macroeconómicos sobre las personas, las cifras sugieren de todos modos que acabamos de pasar un período positivo. La economía terminará creciendo un 7%, por encima de lo esperado.

Fue un año sin olas inflacionarias, que deprimen todo. Como en períodos anteriores, esta vez la inflación no superó el 4.0%, lo que se reflejó en una estabilidad de precios durante la mayoría de los doce meses.

Muchos proyectos quedaron en agenda y las frustraciones no desaparecen, pero al menos vimos apreciables avances, como el programa de mejoría de la educación con énfasis en las edificaciones escolares (más de 10 mil aulas) y progreso en la tanda extendida.

2014 no fue buen año para la salud. Las políticas públicas fueron muy débiles. Dramáticas crisis en la gestión hospitalaria y sufrimiento de la mitad de la población a consecuencia de la chikungunya y otros males colectivos.

La administración no ha hecho lo necesario para que los dominicanos se sientan seguros. La criminalidad gana la batalla, aunque habría que reconocer el esfuerzo que ha significado la implantación del 9-1-1.

De todas formas, 2014 fue un año de buenos resultados. Seguimos avanzando. El hecho de que algunas políticas públicas vinculadas a las pequeñas empresas y a las iniciativas personales hayan contribuido a bajar la tasa de desempleo, es también un buen indicador.

La esperanza es que 2015 sea por igual un período de desempeño satisfactorio. La tendencia al crecimiento de la economía norteamericana, los atisbos que sugieren la superación de las dificultades institucionales en Haití, son buenas noticias para la economía.

En ese orden, observamos los vaticinios que sobre el país hacen el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), que concuerdan en que continuaremos avanzando, con un crecimiento de un 5% anual.

Si resulta así, hablamos de once años de crecimiento continuo, que por más macro que resulte, algo deja a los pequeños.

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