Es más grave…

El jefe de la Policía, Manuel Castro Castillo, dijo: “Este caso criminal del Dican es mucho más grave de lo que se publicó”. Se trata de la apropiación, de parte de policías, de más de mil 200 kilos de cocaína capturada a narcotraficantes.&#823

Lo más grave

El arresto de José del Carmen Cruz, dirigente de un partido aliado al Gobierno, bajo acusación de alterar y falsificar medicamentos no es un indicador de lo más grave que implica la situación. El imputado, quien cumple prisión preventiva, es…

El jefe de la Policía, Manuel Castro Castillo, dijo: “Este caso criminal del Dican es mucho más grave de lo que se publicó”. Se trata de la apropiación, de parte de policías, de más de mil 200 kilos de cocaína capturada a narcotraficantes. Esto no tiene madre. Castro Castillo ha repetido lo dicho desde el principio de su gestión: “No protejo ni voy a proteger a nadie. Quien se metió en su lío será cancelado y sometido a la Justicia, sea quien sea y caiga quien caiga… no tengo compromisos con nadie…” El jefe de la Dican, Carlos Fernández Valerio, era uno de sus hombres de confianza. ¡Ayyy!

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El arresto de José del Carmen Cruz, dirigente de un partido aliado al Gobierno, bajo acusación de alterar y falsificar medicamentos no es un indicador de lo más grave que implica la situación. El imputado, quien cumple prisión preventiva, es propietario de las distribuidoras farmacéuticas Yomifar, Guifar y Jones, a través de las cuales suplía medicinas a una entidad del Estado encargada de distribuirlas masivamente a la población a bajo costo.

Lo más grave no es que el arrestado sea un político, ni que algunas personas fueran estafadas al comprar medicamentos vencidos y menos que, tal vez, algunas de ellas hallan muerto por su uso. Lo más alarmante es que las autoridades llamadas a protegernos de tal crimen fueran cómplices o, peor aún, que su responsabilidad esté más comprometida que la del imputado. Es preciso recordar que la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y el Ministerio de Salud Pública son responsables de la inspección y vigilancia de los establecimientos farmacéuticos y organismos sanitarios. Por tanto, la complicidad es evidente, toda vez que no se explica que una persona con un contrato con el Programa de Medicamentos Esenciales/ Central de Apoyo Logístico (PROMESE/CAL) por RD$100 millones, con una estructura comercial dedicada a falsificar medicamentos, operara abiertamente de manera desapercibida por estas autoridades.

El volumen de negocios de las tres empresas lleva a cualquier persona a presumir que esta operación de falsificación de etiquetados debió ser detectada por las autoridades ya que “lo grande hasta Dios lo ve”. Sin embargo, lo más grave no es lo antes referido, sino que el producto era vendido a las autoridades obligadas a fiscalizar el mismo y que esa misma autoridad lo aceptaba como bueno y válido. Esto es tan inaudito y sorprendente como que le vendan pistolas de agua a la Policía Nacional y que éstas sean adquiridas como reales por el organismo, el cual está llamado a ser un experto en la materia.

Así las cosas, no hay un solo miembro de Salud Pública ni de la DNCD que haya sido investigado a pesar de que el nivel del negocio de ventas de medicamentos alterados nunca hubiese alcanzado tal magnitud sin la complicidad de las autoridades que, llamadas  a prohibir esta actividad, a todas luces la bendecían, protegían, promovían y patrocinaban.

Por otro lado, tenemos a las empresas privadas, farmacias y centros médicos que compraban estos medicamentos. Resulta increíble pensar que negocios, que por cuya actividad comercial y pericia se les relaciona con los mismos productos que negociaban, adquirían de manera ingenua estos medicamentos sin sospechar que su bajo precio se debía a algún tipo de fraude o dolo. Por consiguiente, las empresas que los compraban deben ser investigadas también, porque es un crimen comercializar medicinas no aptas para el consumo.

Lo más grave es que las autoridades que protegen este abominable tipo de crimen organizado no son ni serán perseguidas, puesto que Salud Pública, el jefe de la DNCD y el Ministerio Público no han advertido que el arresto de José del Carmen Cruz NO ha creado ni una mella en la estructura y mafia que se dedica a la alteración y venta de medicamentos.

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