El inquieto de la familia

Pedro Jaime Martínez es el nombre del dominicano recién electo al Salón de la Fama de Cooperstown.

Pedro Jaime Martínez es el nombre del dominicano recién electo al Salón de la Fama de Cooperstown. Pero el hoy miembro de la clase inmortal es un baúl de bellos recuerdos familiares y quien más que su hermano Ramón Martínez para hacer referencia de ellos.

“Pedro siempre fue el inquieto de la familia”, dice Ramón por la vía telefónica desde su residencia en Miami. “No se apagaba, era muy competidor y todos gozamos con sus locuras como muchacho”.

Pedro nació un 25 de octubre de 1971 en Manoguayabo, Santo Domingo Oeste, el penúltimo de seis hermanos. Solo Jesús Jaime Martínez es menor que él y le anteceden en el orden jerárquico Luz María, Nelson, Ramón y Ana Delia, la prole creada por el hoy finado Paulino Jaime y Leopoldina Martínez.

La familia Jaime Martínez era pobre en muchos aspectos, mas no de sueños y costumbres. Trabajar era obligatorio. “Nosotros pasamos mucho trabajo, pero nunca rompiendo las reglas. Había que hacer lo correcto”, recuerda Ramón, quien fue el primero en llegar a las Grandes Ligas en su casa, lo que le convertiría en el sostén económico del clan y a la vez el mentor del pequeño que le seguía los pasos.

Pedro firmó en 1988 con los Dodgers, la organización de Ramón que nunca creyó en su talento. Subió a las Grandes Ligas en 1992, pero al año siguiente Ramón se vio en la obligación de ser el sicólogo de Pedro, quien estaba decidido a abandonar el béisbol, con un enfado mayúsculo al ver que los Dodgers no le daban la oportunidad que quería.

“Le dije que eso era lo peor porque se vería como un perdedor. Pedro solo quería arrancar y dejar todo. Pero le recordé que a mí me había pasado lo mismo y que solo le quedaba tirar hacia adelante por el bien de todos en la familia”.

Ramón logró convencerlo. Aunque en 1994 llegaron más lágrimas porque los Dodgers mandaron a Pedro hacia Montreal, donde estaba bien distante de la persona que le había protegido durante toda su carrera.

“Pero que llegara a Montreal fue su bendición porque ese dolor que Pedro tenía con los Dodgers fue como la gasolina que lo llevó a ser lo que fue. Siempre tuvo la motivación para demostrar que eso no era verdad que su físico no aguantaba ni las cosas que dijeron”, dice Ramón.

Ya en 1997 Pedro se ganó el primer Cy Young de su carrera, para el 2000 alcanzaba su tercero y era el mejor lanzador del negocio. En 2004 fue campeón con Boston. Se ganó 146 millones de dólares en sus respectivos contratos con los Dodgers, Expos, Medias Rojas, Mets de Nueva York y Filis de Filadelfia.

“No tengo palabras para describir lo que siento por Pedro. Nadie se imagina lo mucho que trabajó, pero ahora, gracias a Dios, tiene su recompensa”, dice Ramón, el hermano que vio al inquieto de la familia llegar a la inmortalidad.

Logros de Pedro

Fue seleccionado a ocho Juegos de Estrellas (1996, 1997, 1998, 1999, 2000, 2002, 2005 y 2006).

Ganó tres Cy Young (1997, 1999 y 2000).

En la temporada de 1999 logró la triple corona de pitcheo (23 victorias, 2.07 de efectividad y 313 ponches).

Fue seleccionado en cinco ocasiones Jugador de la Semana.

Conquistó el liderato de promedio de carreras limpias en cinco ocasiones: 1997 (1.90), 1999 (2.07), 2000 (1.74), 2002 (2.26) y 2003 (2.22).

Conquistó un anillo de campeón con los Medias Rojas de Boston en 2004.

Fue seleccionado en 2009 en el equipo de todos los tiempos de MLB por la revista Sports Illustrated.

Fue seleccionado el Jugador Más Valioso del Juego de Estrellas de 1999.

Líder en ponches en la Liga Americana en 1999 (313), 2000 (284) y 2002 (239).
Finalizó su carrera con 17 blanqueadas.

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