Encuentro con la memoria

El pasado jueves 15, participé como panelista de un coloquio en el Centro Cultural Eduardo León Jimenes, de Santiago.

El pasado jueves 15, participé como panelista de un coloquio en el Centro Cultural Eduardo León Jimenes, de Santiago. Mi colega Edwin Espinal debía presentar la vida y obra de tres ilustres educadores dominicanos: Manuel de Jesús de Peña y Reynoso, Ercilia Pepín y Rosa Smester; y quien suscribe, debía motivar una reflexión sobre el legado de los educadores de hoy, a partir de los talentos, valores y aportes de los anteriormente presentados. ¿Dejarán éstos alguna herencia para las futuras generaciones? ¿Trabajan para ser ejemplo? ¿Dejarán alguna huella social, política, cívica?

Los tres ilustres maestros -cada uno en su momento histórico- fueron además de educadores comprometidos y visionarios, promotores de la cultura humanista, activistas cívicos, políticos y escritores. En los casos de Ercilia y Rosa, debemos destacar también su defensa por los derechos de la mujer, desafiando los valores de la época.

Decíamos que para juzgar la vida, obra y legado de los educadores referenciados, era deber nuestro ojear su contexto, y reconocer la realidad tan compleja, – en la mayoría de los casos, deprimida-, de la escuela dominicana de hoy. Un sistema muy politizado, sesgado también por el peso de las actividades gremialistas, una reducida inversión en educación hasta el 2012, que ha mantenido salarios muy poco competitivos para el sector, con deficientes condiciones de infraestructura y equipamiento, que apenas comienzan a cambiar. No obstante esa realidad que los hace tan vulnerables, hay muchos, muchos maestros que han emulado la vida, y el compromiso educativo y patriótico de Manuel de Jesús, Rosa y Ercilia. Hubo muchos antes, otros después de ellos, y ahora también hay miles y miles. Me llegan a tropel muchos nombres.

Hay, también, héroes y heroínas anónimas que cada día en medio de la precariedad del entorno, su escuela y su vida misma, motivan e inspiran a sus estudiantes para emprender senderos de esperanza, que desafían las afrentas del desamor, la tristeza, la falta de fe y cada día ofrecen afecto y apoyo; maestros que enseñan, maestros que inspiran, maestros que denuncian, maestros que escriben… maestras como Ercilia y Rosa.

Los buenos educadores siguen y seguirán dejando huellas que permanecerán eternas en el corazón de cada niño.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas