La joven de Hato Mayor encomendada por las agencias de persecución del crimen con asiento en esa ciudad, para comercializar aquello que le suministraban, es otro de los indicadores de la descomposición en esas instituciones, y por extensión, en la sociedad. El hecho es gravísimo. Algo como el escándalo del Dican en pequeño. Ahora, si imaginamos, pura imaginación, que lo de Hato Mayor se replica en la geografía nacional, ¿de qué estamos hablando? Si quieren saberlo, vayan a cualquier municipio y pregunten a discreción: ¿quiénes son los traficantes? Las respuestas sobrarían. Los conocen al dedillo. La tolerancia es institución. Ya se sabe cómo. Hato Mayor es la clave.
La clave
La joven de Hato Mayor encomendada por las agencias de persecución del crimen con asiento en esa ciudad, para comercializar aquello que le suministraban, es otro de los indicadores de la descomposición en esas instituciones, y por extensión, en…