Si detrás de las expectativas creadas antes de la renuncia de Amable Aristy Castro del Partido Reformista Social Cristiano estuvo la mano de algún consultor-estratega, no queda más opción que felicitarlo por el logro del propósito primario de tal acción: crear las condiciones para que la salida del pequeño gigante y caudillo de Higüey tuviera un efecto positivo. Ahora hay la percepción (y recuérdese que en política, la percepción lo es casi todo) de que a Amable lo empujó la cúpula del PRSC a salir de la organización, que no le dejó otra salida, que después de garantizarle por lo menos cuatro posiciones de importancia en la alta dirección lo ignoraron y hasta trataron de minimizarlo. Pero si como dicen algunos reformistologos, el PRSC anda por el 4 o el 5 por ciento de la intención de voto de los electores, con la salida de Amable, esas simpatías se reducirían a un 2.5 a un 3.5 por ciento. ¿Y entonces…?
Reajustes
Me cuentan que uno de los próximos golpes de efecto que lanzará el Partido Revolucionario Dominicano sería un reajuste dirigencial interno que reincorporaría a la alta dirección a figuras emergentes importantes del partido blanco, de esas que se han mantenido, o han tratado de mantenerse, equidistantes de las contradicciones que han dividido a la agrupación. De acuerdo a mis informes, se han de producir designaciones que podrían ponerle la tapa al pomo de la fábrica de conjeturas y especulaciones que alimentan cada vez más la percepción de un PRD disminuido y fragmentado, cuyas posibilidades reales en una consulta electoral estarían menguadas, en situación difícil, aun cuando se reconoce que el perredeísmo, para mucha gente, es algo así como un estilo de vida y que la sola presencia de la boleta blanca y sus símbolos en la casilla número uno de la boleta electoral garantiza una dureza del voto perredeísta, lo que ya quisieran para sí otras de las organizaciones que irán a las urnas el próximo año. Con decirles que dizque habrá un nuevo presidente en funciones. ¡Aaay …lo dije!!!