La Dican: Otra lectura

Con el caso de la Dirección Central Antinarcóticos de la Policía Nacional –Dican- muchos han corrido a querer ensuciar al actual gobierno cuando en realidad es todo lo contrario. Posiblemente, solo en este gobierno pudo ventilarse y conocerse…

Con el caso de la Dirección Central Antinarcóticos de la Policía Nacional –Dican- muchos han corrido a querer ensuciar al actual gobierno cuando en realidad es todo lo contrario. Posiblemente, solo en este gobierno pudo ventilarse y conocerse este caso e iniciarse los correctivos.

A despecho de aquellos que animados por intenciones políticas, más que por deseos sinceros de correctivos, saltan de alegría queriendo embarrar a las autoridades, otros muchos creemos que en pasados gobiernos, casos como este o parecidos eran tapados.
El examen de esta situación que involucra a un coronel en función de director del organismo en cuestión así como a otros oficiales y también, a miembros del Ministerio Público, en una operación criminal de trasiego de droga y dinero, dice mucho del interés de las autoridades de enfrentarla y enviar un mensaje claro a la ciudadanía de que se actuará aun cuando los delincuentes pertenezcan a las filas oficiales y de que no habrá impunidad; más que una afrenta es un ejemplo.

En igual tenor, las autoridades están enfrentando de manera inmediata la situación surgida en estos días en Hato Mayor con el traslado e investigación de la dotación policial de allí implicada en sospechas, es un modo claro de transmitir un mensaje a la ciudadanía de que hay autoridades y de que no vacilarán para iniciar los procesos y aplicar la ley.
Algunos, soterradamente y con evidente hipocresía, dicen estar apesadumbrados porque estos oficiales y funcionarios implicados en el caso de la Dican han defraudado, y ahí ponen el énfasis, la confianza del Presidente, en realidad, aprovechan este tipo de situación para en pose de compunción “lamentarse” por el Gobierno, agregar que “es una mancha” y también cobrarle al actual jefe del Ministerio Público viejas y nuevas cuentas políticas pendientes.

La ciudadanía no es boba y ve con extrañeza y sorna que algunas de estas voces tan clamorosas y compungidas en esta ocasión, también no hayan expresado igual o superior alarma y exigencia de remedio frente a casos de corrupción reiteradamente expuestos ante la opinión pública y que han sido tardados en la Justica; no se puede ser selectivo, no pueden rasgarse las vestiduras para unos casos y para otros no.

No voy a quitarle hierro a la situación surgida en la Dican, es grave y ciertamente llama la atención las calidades del personal involucrado, miembros del cuerpo del orden y del Ministerio Público; se entiende que una parte de la sociedad esté genuinamente preocupada e interesada en el castigo y extirpación de esos organismos de este personal indeseable. Insisto no es momento de procurar ganancias políticas con el escándalo, sino de dar seguimiento y apoyo a los entes investigativos para que como dice el manoseado cliché: “el caso sea llevado hasta las últimas consecuencias”, para bien de la ciudadanía y de su gobierno. 

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