Desde hace miles de años el arte y la religión han estado estrechamente vinculados. En principio, nuestros primeros padres: “los aborígenes” realizaban pictografías en alusión a sus creencias mágico religiosas. Más adelante, con la llegada de Colón a la isla, se introducen las primeras piezas de arte académico con representaciones estrictamente religiosas. Así como también los procesos de evangelización y conversión a la religión católica de los habitantes de la recién denominada “La Española”. Así aparece también la advocación de la Virgen de la Altagracia, un legado auténticamente español en nuestras tierras que por inspiración divina ha permanecido hasta nuestros días, superando guerras, invasiones y todo tipo de gobiernos. Los milagros de la Virgen de la Altagracia son infinitos y su significado, en lo que respecta al pueblo dominicano, trasciende fronteras, considerada como nuestra protectora y madre espiritual.
De ahí que nueva vez el arte nacional encuentre su raíz en la religión católica y procure exaltar la grandeza que remite la imagen que tenemos de Nuestra Señora por medio de representaciones varias realizadas por los artistas Elsa Núñez (actual Premio Nacional de Artes Visuales), Ángel Haché, Miguel Ramírez, Francisco Guanabacoa, Miguel Ramírez, Rosalba Hernández, Pedro Méndez, Lidia León, Genaro Reyes (Cayuco), Rafaela Luna, José Alberto Melo, Pedro Genaro, Roovelt Méndez, Marcia Guerrero e Iris Pérez, quien además ha sido la curadora de “Alta Gracia”.
En el conjunto expositivo se registra una gran variedad de técnicas, estilos y soportes que revelan la manera en que es asumida y venerada en el imaginario colectivo la imagen original que se conserva en la Basílica de Higüey de la Virgen de la Altagracia con su corona de doce estrellas que muchos suponen se vincula con los doce apóstoles; la figura de San José y el niño Jesús en su pesebre, además de la estrella de Belén. La muestra quedará abierta al público hasta marzo en el Laboratorio Evolutivo de Arte Contemporáneo, ubicado en el edificio Conde 15, en la calle El Conde, Zona Colonial, Santo Domingo.
