“Es un premio que no es sólo mío”

Ciertamente, la noticia del reciente “Premio Nacional de Artes Plásticas” a la trayectoria de la carismática y muy sensible creadora Elsa Núñez, no nos sorprende, pues su trabajo está ahí y quien lo ha seguido con cuidado puede reconocer…

Ciertamente, la noticia del reciente “Premio Nacional de Artes Plásticas” a la trayectoria de la carismática y muy sensible creadora Elsa Núñez, no nos sorprende, pues su trabajo está ahí y quien lo ha seguido con cuidado puede reconocer que estamos ante una de las creadoras dominicanas más geniales de todos los tiempos, que ha mantenido una línea expositiva latente y de un imaginario tan vernáculo como ella misma. El premio no ha sido sólo a Elsa Núñez, sino también para todos aquellos que hemos creído en ella, en su trabajo, para sus colegas, pero sobre todo para su generación. En la tranquilidad de su hogar conocimos más sobre ella.

¿Cómo comenzó a interesarse por el arte?
Bueno, comencé, vamos a llamarle a “garabatear”, como a la edad de cinco años. Mis padres me facilitaban libretas, crayones. Cuando alcancé la edad de 12 años, me llevaron a la Escuela Nacional de Bellas Artes (ENBA) con el fin de inscribirme, pero no me quisieron aceptar porque no contaba con la edad reglamentaria, que eran 14 años. Entonces me puse a llorar. Es así que deciden hacerme una prueba, que consistía en dibujar un pie del David y lo hice bien. El director de la ENBA en ese entonces era Gilberto Hernández Ortega, quien me dijo: “bueno, te puedes quedar, pasaste la prueba”. Es así como ingreso a la Academia, teniendo como maestros al propio Hernández Ortega, a Celeste Woss y Gil, Clara Ledesma, Jaime Colson, José Gausachs…, grandes maestros de la pintura, quienes nos dieron una formación sólida. Graduándome en 1963.

¿Y cuándo ingresa en la Real Academia de San Fernando?
Más adelante, motivada por mi actual compañero de vida, Ángel Haché, y por mi deseo de conocer las obras de los grandes pintores que me apasionaban, como Goya, Velázquez; las visitas a los museos y a las galerías…, entonces es que me traslado a España para realizar estudios de postgrado en la Real Academia de San Fernando de Madrid, gracias a las cartas de recomendación que me hicieran el entonces director de la ENBA Gilberto Hernández Ortega y el crítico español don Jesús Hernández. Al término de mis estudios en San Fernando, me inscribí en un curso en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

¿Estando en España pudo presentar alguna muestra?
Sí, dos exposiciones en el Instituto de Cultura Hispánica y dos colectivas; una junto a un grupo de artistas suramericanos que se encontraban allá y otra en la que participó mi esposo Ángel Haché, así como José Miura, que también se encontraba por Europa. Mi pintura, luego de mi estancia en Madrid, presenta cambios sustanciales, dado que en principio mis obras eran muy dramáticas y monocromáticas. Por lo que, probablemente, mis visitas a los museos y el contacto con las obras de tantos grandes maestros del arte universal, influyeron para encontrar una luz que posibilitó que empezara a trabajar figuras vestidas de blanco.

Entonces, ¿qué pasó después?
Bueno, para 1973 regresamos a la República Dominicana, realizando, tanto Ángel como yo, una muestra individual en el Palacio Nacional de Bellas Artes. Luego nos casamos y ambos seguimos trabajando y exponiendo. No obstante, me estaba dando cuenta de que me estaba quedando con la figuración en mi producción visual, así que decidí incursionar en el paisaje abstracto. Primero comencé utilizando la figura humana teniendo de fondo el paisaje abstracto, luego saqué la figura humana y me quedé únicamente con el abstraccionismo e incluso presenté una muestra sólo de abstracciones, siendo un tema que me apasiona y me llena muchísimo.

Hablemos un poco sobre el mercado de sus obras, ¿cómo ha logrado mantenerse por medio del arte?
He tenido mucha suerte Lilian, he contado con un público que me ha apoyado y me sigue. De hecho, cuando empecé a trabajar la abstracción pensé que no contaría con la misma clientela, pero fue todo lo contrario, me llevé incluso una exposición a Miami de abstracciones y vendí varias obras, así como en España, que tuve la suerte de que aun siendo extranjera, pude lograr alcanzar ventas significativas. Respecto al mercado local, siempre me ha ido muy bien, claro que los últimos años, todo ha estado muy lento.
l ¿Se podría hablar de trilogía entre usted, Guillo Pérez y Cándido Bidó?

l La trilogía era en realidad Elsa, Lepe y Bidó que estudiábamos juntos y formamos un grupo denominado “Los Tres” en homenaje a “Los Cuatro” que integraban Clara Ledesma, Gilberto Hernández Ortega, José Gaussasch y Jaime Colson que eran nuestros maestros y que admirábamos mucho. Guillo, aunque no era de nuestra generación, fue un ente con el que hicimos buena química, de hecho hasta viajamos juntos presentando exposiciones en Panamá, Costa Rica y otros países. Incluso, éramos compadres, porque le bauticé una de sus hijas. Pero siempre el más cercano de todos fue Bidó.

l ¿Qué impresión le ha generado recibir el máximo galardón a las artes visuales en nuestro país y las felicitaciones del Presidente de la República, Lic. Danilo Medina Sánchez?
l No creo que uno como artista trabaje para recibir un premio en específico, pero cuando uno recibe uno de esta naturaleza, que constituye un reconocimiento a la trayectoria, a mis más de 50 años en el arte, uno se da cuenta de que se valora el trabajo realizado, por lo que me siento muy agradecida del Ministerio de Cultura, la Asociación Dominicana de Críticos de Arte y de todas aquellas personas e instituciones que tuvieron que ver para que esto fuera posible. Como tú decías en principio, es un Premio que no es sólo mío, sino también en reconocimiento a mi generación y a todos los artistas.

Sobre las felicitaciones del Presidente de la República, debo decirte, ante todo, que me he sentido muy complacida, siempre he admirado su sencillez. El que dedique parte de su tiempo para dedicarme unas palabras de felicitación, es un gesto que me llena de satisfacción por la manera gentil con que lo ha hecho y un estímulo para seguir adelante con mi trabajo.

Sus influencias
Aunque dicen que mis trabajos se asocian a los del Greco, influencias verdaderas las he tenido de Gilberto Hernández Ortega”.

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