Comienzan a llegar las dudas sobre el futuro de Lynch en Seattle

RENTON, Washington. Tanto que se habla de la importancia de encontrar el mariscal ideal, pero adquirir a Marshawn Lynch al promediar la temporada de 2010 es tal vez la transacción más vital que Pete Carroll concretó al armar a los Seahawks de Seattle.&

RENTON, Washington. Tanto que se habla de la importancia de encontrar el mariscal ideal, pero adquirir a Marshawn Lynch al promediar la temporada de 2010 es tal vez la transacción más vital que Pete Carroll concretó al armar a los Seahawks de Seattle.

Lynch no sólo aportó su talento como running back. Su actitud contagió a todo el equipo.

“De cierta forma me gusta su personalidad”, dijo el gerente de los Seattle John Schneider.
Resulta difícil de creer que el Súper Bowl del próximo domingo, frente a Nueva Inglaterra, podría ser el último partido del “Beast Mode” en Seattle. Que nadie regará Skittles otra vez.

Que será el fin de sus ruedas de prensa en la que sólo balbuceaba la misma frase una y otra vez. Los Seahawks y Lynch deberán tomar una decisión al término de la temporada. Lynch podría irse o permanecer para cumplir el último de su contrato.

Si Lynch regresa bajo los términos de su actual contrato, Seattle deberá pagar 8,5 millones
de dólares, una cantidad que es inusual para un running back con 29 años de edad.

Seattle podría reestructurar o extender el contrato de Lynch para aminorar el golpe al tope salarial. También podrían decidir que es hora de darle minutos a los suplentes Robert Turbin y Christine Michael. Lynch quizás opte por lo que se conjeturaba durante el último año: retirarse del fútbol americano.

Los fanáticos de los Seahawks desean que Lynch siga con el equipo. Le adoran por su tenacidad, por su estilo de acarrear el balón con la consigna que nadie podrá frenarle. Eso es el “Beast Mode”, un temperamento que nunca se había visto en el equipo de Seattle..

Si Lynch vuelve en 2015, su desafío será evitar el declive que suele afectar a los running backs que se acercan a los 30 años. Sólo 18 corredores en la historia de la NFL han superado las 1,300 yardas en avances por tierra en una campaña tras cumplir los 29 años.

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