Si entre varias cosas hay una en la que a Amable Aristy Castro hay que sacarle su comida aparte, esa es la de los amarres políticos, aun cuando no le salió bien con Quique Antún tras la última asamblea reestructuradora de la alta dirección reformista. En estos últimos días, el pequeño gigante y cacique de Higüey estuvo en reuniones públicas y privadas por la ciudad de Nueva York. Los reportes que me llegan de esos encuentros me confirman, una vez más, la capacidad de amarre del senador de La Altagracia, recién renunciante del PRSC y casi convertido en líder real de La Estructura, que –como ya hemos escrito- viene con un nuevo nombre ampliado. Según me cuentan, de la reunión del Bronx quedaron una versión para la prensa de la diáspora y otra la realidad, ya que no se citaron a todos los que estaban porque algunos “culebrearon” para que no se les mencionara ni fotografiara, dizque temerosos a lo que les pudiera venir desde la alta dirección partidaria. Además, todavía están indagando quien(es) fue(ron) que llamó(aron) a los bomberos reportando un incendio que nunca ocurrió pero que provocó un aparataje de policías y apaga fuegos que por poco hace naufragar la reunión. Una bellaquería propia de dominicanos, específicamente de reformistas. Y de la reunión en el Intercontinental Hotel de la calle 47, entre Park Avenue y Lexington Avenue, supe que quedó la promesa de solventar a la brevedad casi inmediata la apertura de dos locales políticos (¿Para La Nueva Estructura?), uno en Manhattan y otro en el Bronx, lo que mueve muchas conjeturas en la urbe sobre los que dizque están listos para dar la mudanza política, lo que deja ver que el pequeño Amable no es tan pequeño cuando de amarres se trata, y que por lo visto, se podría convertir en un clavito en el zapato para algunos…
Un cafecito
Por la Procuraduría se quieren tomar un cafecito con un funcionario, director para más señas, contra el que hay querellas por estafa, falsificación de escritura pública y robo agravado. ¡Aaayyy…!
