Los haitianos: prisioneros en su propia isla

Se dice que tenemos dos ojos para ver, dos oídos para escuchar y una boca para hablar, por lo que es de sabios guardar silencio. Pero si bien callar es de sabios, resulta de valientes denunciar el cinismo, la hipocresía y avaricia de personas, organizad

Se dice que tenemos dos ojos para ver, dos oídos para escuchar y una boca para hablar, por lo que es de sabios guardar silencio. Pero si bien callar es de sabios, resulta de valientes denunciar el cinismo, la hipocresía y avaricia de personas, organizadas en un entramado, difícil de combatir.

Este es le caso del profesor Ricardo Seitenfus, exrepresentante en Haití de la Organización de Estados Americanos (OEA), despedido inmediatamente después de su entrevista al diario Le Temps, en el 2010. Aunque las declaraciones de Seitenfus fueron hechas hace algunos años, la realidad haitiana poco ha cambiado, por lo que nos parece pertinente su descripción de un país asediado por innumerables ONG, debido a la falta de un Estado, y militarizado para retener a los haitianos de emigrar fuera de la isla.

En nuestro país, las ONG extranjeras han tenido un gran activismo con los inmigrantes haitianos. A primera vista, cualquier actividad definida como no lucrativa nos parece desinteresada y altruista, lo que es cierto en muchos casos, aunque no en otros , como lo revela Seintenfus.

Hay alrededor de “10,000 ONG trabajando en Haití, pero sólo 300 están inscritas en el ministerio, así que hay cientos que actúan sin control alguno”.

“La mayoría de ellas son ‘cajas negras’ que nadie supervisa. Hemos intentado saber cuáles son las organizaciones no gubernamentales serias y no hay ningún estudio sobre esto. Es imposible saberlo”, comenta Seitenfus. “No hay político haitiano que no maneje personalmente al menos dos organizaciones de este tipo”, añade.

“Hay una relación causa-efecto entre la infelicidad de los haitianos y la felicidad de las ONG y el peligro más grande que afrontamos ahora es la ‘onegización’ del país”.

Los gobiernos dominicanos insisten en dialogar con sus contraparte haitiana, alentados por los organismos multilaterales. Todo esto parecería razonable, pues valoramos el diálogo y el entendimiento. No obstante, parece poco realista dialogar y pactar con quien no tiene los medios materiales para cumplir lo acordado, independientemente de su intención de cumplirlo. Y el profesor Seitenfus nos da la razón. “Haití es el único país del mundo donde no existe Estado. Y no hablo de Estado fallido, hablo de ausencia total de instituciones desde mucho antes del terremoto. Hablar de Protección Civil haitiana es un chiste. Por ponerte un ejemplo, no hay ni un solo piloto haitiano, ni siquiera un solo helicóptero haitiano en el país”. “Este es un país en el que el 40% de la población no tiene ningún tipo de documento”, añade.

Y finalmente este profesor hace unas declaraciones de particular interés para los dominicanos. “No es lógico que el 90% del gasto de los organismos internacionales vaya destinado a seguridad.” Pero “se trata de congelar el poder y de transformar a los haitianos en prisioneros en su propia isla”, sentenció. Es todo.

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