Un país fracturado por la pobreza

El Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo acaba de publicar “El Mapa de la Pobreza en la República Dominicana 2014”. Ofrece nuevos datos con información del censo de 2010 y las encuestas de fuerza de trabajo de 2011.La…

El Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo acaba de publicar “El Mapa de la Pobreza en la República Dominicana 2014”. Ofrece nuevos datos con información del censo de 2010 y las encuestas de fuerza de trabajo de 2011.

La que se estima en este trabajo no es la llamada “pobreza monetaria”, que se refiere al porcentaje de población que recibe un ingreso insuficiente para adquirir una canasta básica de bienes y servicios sino la pobreza asociada a precarias condiciones de vida vinculadas a la mala calidad de la vivienda, la falta de acceso a servicios básicos como agua, energía y recogida de basura, la falta de escolaridad y el pobre equipamiento básico del hogar.

Cuestiones como los materiales con que está construida la vivienda y el acceso a servicios como agua cambian lentamente. Por eso, a pesar de que los datos son de 2010, las mediciones son relevantes y contienen información valiosa para conocer las privaciones concretas que sufren las personas y pensar qué hacer al respecto.

La innovación más importante del informe es que estima la pobreza no sólo a nivel de regiones, provincias y municipios, sino también a nivel de secciones, barrios y parajes. Es probablemente el mapa de la pobreza más desagregado a nivel territorial que se haya hecho. Además, compara los resultados obtenidos para 2010 con estimaciones similares con los censos de 1993 y 2002, tanto a nivel de país como de las provincias.

Las nuevas estimaciones indican que, a lo largo de las últimas dos décadas, la pobreza así medida se ha reducido significativamente. En 1993, el porcentaje de hogares pobres era de casi 70%; en 2002 se había reducido hasta 51% y en 2010 hasta poco más de 40%. El hallazgo puede sorprender a muchos pero era esperable. Esto también ha sucedido en muchos países de la región y del mundo. A lo largo de esas casi dos décadas, el crecimiento económico ha sido elevado y aunque su distribución ha sido muy inequitativa, no deja de beneficiar en alguna medida a hogares pobres, los cuales logran mejorar los materiales de sus viviendas y adquirir electrodomésticos. Además, la cobertura en educación ha aumentado notablemente aunque la calidad sea pésima, algo que no toma en cuenta la medición.

Sin embargo, también se advierte que la reducción de la incidencia de la pobreza es cada vez menor. Entre 1993 y 2002 la reducción fue de 19 puntos porcentuales, pero desde 2002 hasta 2010 fue de 10 puntos.

Pero el hallazgo más significativo es que los ritmos de reducción de pobreza entre provincias han sido tan dispares que el país aparece crecientemente fragmentado. Mientras unas provincias redujeron intensamente la pobreza, otras apenas lo hicieron. El resultado es que en muchas provincias la incidencia de la pobreza hoy es todavía mayor de lo que era en el promedio del país hace 20 años.

Por ejemplo, en esas casi dos décadas, en el Distrito Nacional, María Trinidad Sánchez, La Vega, Sánchez Ramírez, Hermanas Mirabal, San Cristóbal y Monseñor Nouel la pobreza se redujo en cerca de la mitad; pero en otras como Elías Piña, Bahoruco, Pedernales, El Seibo, Independencia y Monte Plata fue apenas entre 10% y 22%. En todas ellas, entre el 70% y el 83% de sus hogares son pobres, mientras en el Distrito Nacional el 27% y en Santiago el 31%.

Adicionalmente, también se encontró que las personas y hogares pobres están cada vez más concentrados en las provincias más pobladas como Santo Domingo, el Distrito Nacional, San Cristóbal y Santiago, y que las provincias con mayor pobreza no son precisamente en las que viven la mayoría de los pobres.

Por último, el documento presenta un mapa en el que se describe, para cada territorio, las carencias y necesidades más intensas de la población tales como falta de agua, energía y recogida de basura, hacinamiento en la vivienda, piso de tierra y baja calidad de los materiales de las paredes y el techo, y falta de escolaridad. Un político inteligente tendría un valioso instrumento para proponer y actuar en materia de políticas.

En síntesis, el documento muestra dónde están las personas pobres y porqué lo son, y releva que vivimos en un país dividido, con gente viviendo cada vez más en mundos distintos. Eso fractura la sociedad y nos divide.

¿Se quiere hablar de unidad y patriotismo? ¡Hablemos de pobreza y de cómo combatirla!

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