La Ley “del Partido”

No debe sorprender que, a la hora de aprobar la ley de partidos, pesara más el criterio del PLD que el de las otras organizaciones políticas. Es el que tiene la mayoría, y lo mismo hubiese hecho, en su lugar, cualquier otra fuerza política del…

No debe sorprender que, a la hora de aprobar la ley de partidos, pesara más el criterio del PLD que el de las otras organizaciones políticas. Es el que tiene la mayoría, y lo mismo hubiese hecho, en su lugar, cualquier otra fuerza política del sistema, sin que esto signifique que sea lo correcto. La pieza no es tan abarcadora como pretendía la oposición, pero tampoco tan conservadora como la quería el partido oficialista. El presidente de la Cámara, que dirigió la “operación” se dio el lujo de introducir un artículo sobre el uso de los recursos del Estado en proselitismo, presentándose como un “perdona vidas”, aunque se cuidó de que se especificara que esto aplicará a partir del inicio oficial de la campaña. O sea, solo por tres meses…

La estrategia

No se entendió la prisa de los diputados, y menos el fatalismo de Abel Martínez. Aunque tuvo sus resultados. La acción de apresurar la marcha, presentando la pieza en la primera sesión de la legislatura, puso una espada de Damocles a la oposición. De repente, los que reclamaban la aprobación de la ley, ahora no la querían. En esa parte, la de presentar a los opositores como incoherentes, que se quejan “si sí, y si no”, los peledeístas lograron, en parte, el objetivo. Y en eso recibieron una ayudita de los reformistas que enarbolaron el discurso de que “no es la mejor ley, pero es la posible”.

Daños colaterales

Además de que lució atropellante, y que se debate ahora si la ley debió aprobarse con mayoría calificada, la operación tuvo un efecto secundario indeseable para los peledeístas. Resulta que ahora el PRD y el PRM son aliados. Así amanecieron el miércoles. Y hacía mucho que esos dos partidos no luchaban en la misma cuadra…

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