Enfrentemos esos ataques

En septiembre de 2011 malhechores ocasionaron daños a la torre eléctrica 156, ubicada en la localidad de Rincón de Yubao, en Bonao, que provocaron un blackout, con riesgo para la vida de miles de personas.

En septiembre de 2011 malhechores ocasionaron daños a la torre eléctrica 156, ubicada en la localidad de Rincón de Yubao, en Bonao, que provocaron un blackout, con riesgo para la vida de miles de personas.Hemos visto torres derribadas, subestaciones y hasta una generadora atacadas. Una agresión de alcance mayor se produjo el 4 de abril de 2012 en La Victoria. Tumbaron un largo ramal de torres eléctricas de alta tensión.

Ya finalizando 2014, la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) denunció una tentativa criminal contra el sistema eléctrico nacional. Se trató de un sabotaje frustrado contra la línea de transmisión de 138 mil kilovatios, en el municipio Yaguate, de San Cristóbal.

Y esta semana, huelguistas derribaron varias torres del tendido eléctrico, en un tramo de mil 200 metros de la línea de 69 mil voltios Pimentel–Abanico, en la provincia Duarte.

De todos esos hechos, que se sepa, sólo ha habido sanción para los responsables del atentado en Rincón de Yubao, en Monseñor Nouel. El Tribunal Colegiado del Juzgado de Primera Instancia de esa provincia le impuso cinco años de prisión al principal responsable del sabotaje. Los demás implicados fueron condenados como cómplices. Esa vez la Procuraduría General Adjunta para el Sistema Eléctrico (PGASE) dio seguimiento al caso y el crimen tuvo sanción.

Todo esto tiene que ver con una habitual actitud de individuos que atentan contra servicios públicos, sitios, monumentos o establecimientos del Estado como si no estuvieran cometiendo delitos graves castigados por la ley. Peor aún, que ocasionen daños en medio de reclamos precisamente de servicios. Es estúpido e insensato.

No se ve lo costoso que resulta restaurar tramos de hasta un kilómetro y medio de la red eléctrica y levantar una docena de torres. La población tampoco entiende que los bienes del Estado, que es lo mismo que decir la Nación, tienen que ser protegidos de los vándalos.

Hay que insistir: es necesario fortalecer la cultura del respeto a los bienes públicos. Debe haber un mensaje claro de las instituciones represivas y de la justicia.

Enfrentemos esos ataques. 

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