“Bajeado”

Me dicen que varios conocidos e importantes dirigentes reformistas están “bajeados” con sus líderes del momento, amenazas de expulsión incluidas, por comentar en público positivamente la eventualidad de la reelección del presidente Danilo…

Me dicen que varios conocidos e importantes dirigentes reformistas están “bajeados” con sus líderes del momento, amenazas de expulsión incluidas, por comentar en público positivamente la eventualidad de la reelección del presidente Danilo Medina. ¡¡¡Aaayyy túúú…!!!

Miguel Espinal

La actividad política peledeísta se calienta en Santo Domingo Oeste. Hay una amplia promoción publicitaria visual de aspirantes y me cuentan que los morados tienen planes y estrategias novedosas para aplicarlas en esa demarcación. Por ejemplo, el diputado Miguel Espinal está que no descansa. Eso es recibiendo gente tempranito, antes de salir de su casa; y a media mañana en su oficina del Congreso; comenzando la tarde con una reunión de contactos en tal sector; horas después, cuando todavía no ha llegado la noche, encuentro con deportistas de tal barrio; la noche para los asuntos institucionales del partido y una que otra visita para captar nuevas adhesiones. Los demás aspirantes del PLD agotan agendas tan apretadas también, pero Espinal parece que será un hueso duro de roer en el occidente de la gran provincia de Santo Domingo, un escenario donde los peledeístas buscan tomar la primacía, que electoralmente ha estado en manos del perredeísmo. No se mueva nadie de su asiento, que dizque lo más bueno viene ahora…

Y del PRD

Mientras, del lado del PRD, en la misma demarcación, ya es oficial que Francisco Peña, padre, sale de nuevo al ruedo (en verdad nunca ha estado fuera del laborantismo), procurando retornar a la alcaldía, y que su hijo, Francis, actualmente en esa posición, desistió de querer volver para ir tras una candidatura a diputado, que bien pudiera protegerlo –si alcanzara el puesto- de eventuales acciones retaliadoras de adversarios y de los suyos propios. La dinastía de los Peña quiere seguir. Es que el carguito parece que es bueno de verdad. ¿Je, je, je…!

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