La oportunidad del Gobierno para el 2015

El pasado 27 de febrero, el país escuchó la penúltima rendición de cuentas del presidente Medina, y más allá de algunos logros y deudas con el país, a partir de ahora inicia un período que históricamente ha estado marcado por la ausencia…

El pasado 27 de febrero, el país escuchó la penúltima rendición de cuentas del presidente Medina, y más allá de algunos logros y deudas con el país, a partir de ahora inicia un período que históricamente ha estado marcado por la ausencia de acciones relevantes para la administración que está a un año de dejar el Palacio Nacional. Tal ha sido el caso de presidentes que al no estar involucrados en el proceso electoral, terminan en estado de “pato cojo”, o de los que buscando la permanencia de su partido en el poder o la reelección propia, caen en el populismo.

Ante la remarcable popularidad del presidente Medina, entendemos que este no debe ser su caso y que tiene en sus manos el poder de llevar adelante importantes reformas para nuestro sistema político, económico y social. Entre ellas, luego de casi 20 años, pareciera que finalmente se discutirá en el Congreso Nacional la ley de partidos que servirá para regular el funcionamiento de las organizaciones políticas. Es penoso que dichos debates lleguen cuando el proceso de selección de candidaturas para las elecciones generales de 2016 ya se ha iniciado, imposibilitando cualquier implementación antes del certamen. Sin embargo, esta no puede ser una ley para un solo proceso, sino para futuros torneos electorales donde esté garantizada la transparencia, reglas claras y rendición de cuentas de cada peso que se gaste en campaña.

Por igual, es hora de conforme con la Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo, aprobar la Ley de Responsabilidad Fiscal. En nuestra recién asumida posición como presidente de la Comisión de Economía, Planificación y Desarrollo en la Cámara de Diputados, estamos en total disposición de colaborar con el Ejecutivo para confeccionar un proyecto de ley que permita de una vez y por todas tener un marco legal que le otorgue al gasto público el valor de que si se debe gastar dinero, que sea justificado y no se incurra en corrupción, deuda y déficit, tres características que han acompañado al Gobierno de una u otra manera en los últimos 19 años.

Mismo caso con el Pacto Eléctrico. Esperamos que de ese acuerdo se saque más que una buena foto y un titular. Debe ser el primer paso para lograr acciones concretas que ayuden a liberar al país de los eternos apagones que dañan la economía y que son un dolor de cabeza para la población, pues afecta su calidad de vida y sus negocios.

La popularidad del Presidente debe ser un factor que se use en favor de acciones y reformas urgentes, quitando la vista en las elecciones ante su impedimento constitucional, y más bien, enfocado en solucionar problemas fundamentales por el presente y futuro de la República Dominicana.

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