En el país solamente hay 13 unidades para recoger evidencias de crímenes

El departamento de Criminalística de Campo de la Policía Científica es la unidad responsable de recoger lo que un criminal dejó en la escena del crimen, en cualquier punto del país.

El departamento de Criminalística de Campo de la Policía Científica es la unidad responsable de recoger lo que un criminal dejó en la escena del crimen, en cualquier punto del país. “Cuando una persona va a un lugar y comete un hecho delictivo, deja parte de sí y cuando se retira se lleva parte del lugar”, destaca el mayor Omar Rodríguez Ceballos, comandante encargado de dirigir esta área compuesta por, más o menos, 85 técnicos. Con este principio estos agentes están capacitados para, una vez acudan al lugar del crimen, manejar el espacio y las evidencias de tal manera que se contamine lo menos posible, porque recoger lo que dejó el culpable será clave para dar con él.

Actualmente existen 13 unidades de recolección de evidencias distribuidas en Santo Domingo, Distrito Nacional, Santiago, San Francisco de Macorís, Puerto Plata, San Juan, San Cristóbal, Samaná y Las Terrenas. Es un número que Rodríguez reconoce como limitado.

“No es lo que debe ser. Lo que debe ser es que cada provincia tenga su unidad para trasladarse al lugar del hecho y resguardar la evidencia, porque hay un máxime en investigación que dice “tiempo que transcurre en verdad que huye”. Esto quiere decir que mientras más rápido lleguemos, abordemos y colectemos, de mayor calidad será esa evidencia”, apunta Rodríguez.

Otro asunto que limita la integración de estas unidades es que no solo se necesita personal capacitado, “sino también de un vehículo y materiales que en sentido general son caros, porque no se encuentran en el país” destaca el oficial. La Policía Científica, de acuerdo con Rodríguez, abrirá próximamente equipos en Higüey y San Pedro y en este año pretenden priorizar la zona fronteriza.

Las herramientas

“Nosotros nos encargamos de buscar esos elementos macroscópicos y microscópicos del lugar de los hechos. Inspeccionamos la escena, mediante la utilización de reactivos químicos y físicos, para entrelazar el perpetrador con la víctima y el entorno”, agrega. De los reactivos físicos, Rodríguez menciona como ejemplo las luces forenses que destacan sobre la escena elementos como cabellos o semen y el polvo para recoger huellas dactilares. “Los reactivos químicos los usamos, por ejemplo, para buscar sangre en una escena donde después de haber trasladado un cadáver ya han limpiado”. 

Los curiosos en una escena del crimen

Los curiosos son quienes más pueden entorpecer la labor de los técnicos en el lugar de los hechos. Rodríguez Ceballos recuerda un caso donde para acceder a el, los agentes tuvieron que utilizar sogas y al llegar, la cantidad de indiscretos superaba los 100 individuos. “¿Yo me preguntaba cómo había tanta gente?”, comenta. Mientras más intacta está la escena, más información podrá arrojar, de acuerdo con el especialista. 

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