Ruido y silencio

Entrando en las semanas finales de la Cuaresma, una parte de la gente se prepara para tomarse un tiempo de vacaciones. Esa inclinación no tiene por qué entrar en contrariedad con el espíritu del periodo. Podemos seguirla bajo la meta de equilibrar&#823

Entrando en las semanas finales de la Cuaresma, una parte de la gente se prepara para tomarse un tiempo de vacaciones. Esa inclinación no tiene por qué entrar en contrariedad con el espíritu del periodo. Podemos seguirla bajo la meta de equilibrar ruido y silencio. No dejarnos arrastrar por la gran cantidad de estímulos consumistas propios de la sociedad actual, sino buscar el espacio para la reflexión que fomente discernimiento, hacia mantenernos sintonizados con lo que realmente tiene valor: la caridad, el perdón, el deber, la familia, nuestro espíritu. Muy humano dejarse tentar por hedonismos y superficialidades, pero todos los días recibimos ejemplo de que están lejos de dar real felicidad. Esta Cuaresma, no perder la perspectiva. 

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