Los efectos de la mosca

Tenemos la presencia de la mosca del Mediterráneo, que sepamos localizada hasta ahora en un radiante de 22 kilómetros cuadrados alrededor del aeropuerto de Punta Cana, provincia La Altagracia.El acontecimiento ha sido motivo de preocupación,…

Tenemos la presencia de la mosca del Mediterráneo, que sepamos localizada hasta ahora en un radiante de 22 kilómetros cuadrados alrededor del aeropuerto de Punta Cana, provincia La Altagracia.

El acontecimiento ha sido motivo de preocupación, particularmente para los productores de frutas, toda vez que tan pronto se comunicó el dato a Estados Unidos, ese país impuso una veda que desde ya afecta a los aguacates, lechosa, ajíes, tomates y mangos. Llama la atención que los dominicanos conocimos la situación porque el Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal norteamericano comunicó que había suspendido la entrada de esas y otras frutas de la República Dominicana.

Se analiza cómo penetró la mosca. Eso es importante para que las autoridades revisen sus protocolos de control sanitario y los riesgos que amenazan la vida vegetal, animal y humana en esta tierra. Deben establecer qué pasó. Ahora, lo más importante es erradicar el insecto lo antes posible.

Se debate sobre el impacto de la presencia de la mosca. Un sector sostiene que será mínimo, porque de los productos enlistados el más importante es el aguacate, y su temporada “fuera de época” está pasando. Ese sin embargo no es el parecer de la Asociación Dominicana de Exportadores (Adoexpo), cuyo presidente señaló que algunos envíos están en los puertos hacia Estados Unidos. No podrán llegar y eso provocará daños por no menos de cinco millones de dólares, que es mucho. Más aún, en un año, si no se actúa con presteza, esas pérdidas podrían acrecentarse hasta US$300 millones.

Pero hay un daño que es mucho más grave que la pérdida económica inmediata o potencial. Es a la República Dominicana, como marca país. También puede afectar nuestra capacidad productiva. Los productores tendrán que lidiar con las dificultades habituales del campo y también con especímenes de esa naturaleza.

Minimizar los riesgos y los efectos no parece lo más inteligente. Tampoco hay que exagerar. Es acción lo que se requiere. Es la responsabilidad y la competencia del Ministerio de Agricultura y las partes más afectadas, los productores y exportadores. l

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