Chiqui Mendoza

A sistir al Centro Cultural de las Telecomunicaciones en la Zona Colonial y ser sujeto receptor de las obras de Chiqui Mendoza, ciertamente nos permite adentrarnos a un universo de color donde la imaginación se convierte en pieza esencial al momento&#823

A sistir al Centro Cultural de las Telecomunicaciones en la Zona Colonial y ser sujeto receptor de las obras de Chiqui Mendoza, ciertamente nos permite adentrarnos a un universo de color donde la imaginación se convierte en pieza esencial al momento de interpretar lo referido en el cuadro.

La intención del artista no siempre corresponde a la lectura que podremos ofrecer sobre sus piezas. Sin embargo, en esta entrega, trataremos de enfocar nuestra apreciación amparados en dos aspectos fundamentales: el primero, la parte formal y, el segundo, lo conceptual. Y, lo abordaremos de forma particular y en resumen.

Pues bien, al desconfigurar para su análisis las piezas de Mendoza, es apreciable el manejo del color, el cual plasma por medio del uso de diferentes técnicas. Todo ello amplía la obra y crea varios planos dentro de sí, que de manera visual nos van creando dimensiones en el cuadro.

Las áreas y los volúmenes no escapan a la composición, pero la textura alcanzará protagonismo. Así, porque lo mismo presenta corrugados que áreas de profundidad, también efectos que de no ser por la planimetría, nos darían la impresión de que ha adherido algo en el cuadro, pero todo no es más que una ilusión.

Conceptualmente, asumimos que el artista procura enviar varios mensajes subliminales, y a veces, no tan subliminales. Se trata más bien de apropiarse del título de la propuesta: “OPEN MIND”, el cual hubiésemos empleado mejor en español: “MENTE ABIERTA”, porque parte de los problemas que tenemos es que no explotamos los elementos de nuestra cultura, siendo el español un idioma tan expresivo.

Pero volviendo al tema que nos ocupa, si asumimos lo planteado en las piezas sin prejuicios, nos daremos cuenta de que temas tan tabúes como la sexualidad, el sincretismo, la religiosidad y con ello las manifestaciones mágico religiosas… son parte de la esencia misma de los pueblos. Nuestros órganos y los males que nos invaden tanto físicos como internos, siempre han estado ahí, pero no los hemos reconocido, ni hemos buscado soluciones a tiempo, porque sencillamente no hemos estado con la mente abierta.

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