Argentina fue paralizada por una huelga general

Buenos Aires. Los líderes de las centrales sindicales opositoras consideraron contundente la huelga general en Argentina en protesta por los impuestos sobre los salarios y la elevada inflación y prometieron paralizar el país durante 36 horas si el&#823

Buenos Aires. Los líderes de las centrales sindicales opositoras consideraron contundente la huelga general en Argentina en protesta por los impuestos sobre los salarios y la elevada inflación y prometieron paralizar el país durante 36 horas si el Gobierno no atiende sus reclamos.Las principales avenidas de Buenos Aires estuvieron prácticamente desiertas el martes, al igual que las estaciones de metro y trenes, mientras los vuelos nacionales e internacionales fueron cancelados en el cuarto paro general que enfrenta la presidenta Cristina Fernández, convocado por algunos de los sindicatos más poderosos del país.

“El paro fue contundente… Hemos interpretado la voluntad y la necesidad de la gente”, dijo Hugo Moyano, líder de una corriente disidente de la Confederación General del Trabajo en rueda de prensa. “Esperamos con toda humildad, responsabilidad, que esta medida sea interpretada por quienes tienen que dar respuesta a estos reclamos legítimos”, agregó.

La protesta de 24 horas es liderada por la Unión Tranviarios Automotor que representa a los choferes de autobuses de corta y media distancia, junto a los gremios de camioneros, ferroviarios, aeronáuticos, el metro y portuarios.

También adhieren bancarios y trabajadores enrolados en el ala más crítica de la Confederación General del Trabajo como gastronómicos, judiciales, personal de estaciones de servicio y un sector de los empleados públicos.

En los hospitales sólo funcionaron las guardias y algunos gremios de maestros también adhirieron a la huelga. La medida de protesta también se sentía con fuerza en las principales ciudades del interior del país.

Dentro de la corriente sindical afín al Gobierno, el sindicato de metalúrgicos declaró la “libertad de acción” a sus afiliados.

Luis Barrionuevo, líder de la central obrera Celeste y Blanca, advirtió que “vamos a proseguir el plan de lucha por los ocho millones de trabajadores en actividad y cuatro millones de jubilados que cobran un salario magro” y que va a proponer al resto de las centrales gremiales un paro de “36 horas con movilización para que se entienda que hay que atender las necesidades”.

“Maldito impuesto al trabajo”, decía un cartel pegado en la cabina de un metro detenido en una de las estaciones por la que habitualmente circulan miles de personas pero que el martes estaba vacía.

También desierto estaba el aeropuerto metropolitano debido a la cancelación de los vuelos de cabotaje. La medida de fuerza también afectó a muchos vuelos internacionales que fueron desviados a Montevideo, Uruguay.

Unos 800 pasajeros de compañías aéreas regionales no pudieron trasladarse el martes desde Asunción hasta la capital argentina debido al paro.

El Gobierno ve tintes políticos en el paro

El Gobierno cree que la huelga tiene móviles políticos a siete meses de las elecciones presidenciales y ha descartado por ahora un cambio en el impuesto a las ganancias. “Están parando por defender los sueldos altos”, dijo el jefe de gabinete de ministros Aníbal Fernández en rueda de prensa. Agregó que el impuesto “lo que hace de alguna manera es transferir los ingresos del decil más alto de todos, en el cual están los que ganan un buen dinero, hacia los otros que reciben un beneficio en términos solidarios de la seguridad social”.

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